La restauración del Alcázar de Sevilla provoca agudas polémicas ciudadanas
Es uno de los monumentos más ricos en arte mudéjar
El Alcázar de Sevilla, máximo exponente del arte mudéjar y residencia oficial de los Reyes de España en esta ciudad, es objeto de una viva polémica a raíz de las denuncias formuladas por Adelpha sobre las obras de restauración que se vienen realizando en su interior, a las que califica de «monstruosa falsificación arquitectónica de carácter ilegal y clandestino». El conservador del Alcázar, Rafael Manzano, cuyos criterios restauradores son cuestionados por diversos sectores culturales y artísticos, ha replicado: «No quiero entrar en polémicas, pero las personas que han redactado esa nota no tienen ni idea.»
El conjunto monumental del Alcázar sevillano, que reúne construcciones de distintos estilos, desde el siglo XII al siglo XIX, fue en su origen un palacio fortificado en el que habitaron los reyes árabes. Sobre restos almoravides y almohades, su estado actual responde fundamentalmente a la edificación mudéjar realizada bajo el mandato del rey don Pedro, en la segunda mitad del siglo XIV.La denuncia de Adelpha, que ha sido dirigida, entre otras instancias, a la Unesco y al Consejo de Europa, se refiere a las obras que se ejecutan actualmente en el patio de las Doncellas y en el solar de la antigua Casa de la Contratación de Indias. En el primer caso, se ha colocado un alero entre las dos plantas, a modo de indicación de la primitiva altura del patio, y «entrando de lleno en un historicismo absurdo y condenable, se está rehaciendo la galería superior para volverla a su supuesta decoración plateresca».
Con respecto al solar de la Casa de Contratación, tras ser destinado a la construcción de la futura Delegación Provincial del MOPU, apareció en él un ejemplar extraordinario de los llamados «jardines de Crucero», almohade y del siglo XII, así como otros restos de los edificios palatinos de la misma época. Las obras en ejecución van encaminadas a reconstruir el palacio almohade en base a la hipotética configuración original del edificio y, en parte, a su pura invención.
Otros sectores artísticos de la ciudad, que se mantienen al margen de la polémica, han mostrado a EL PAIS su disconformidad con las prácticas restauradoras del conservador del Alcázar, Rafael Manzano Martos, basadas en la reconstrucción de los primitivos monumentos a partir de los restos que se conservan.
El señor Manzano Martos, conservador del Alcázar desde 1970 y funcionario del Ayuntamiento de Sevilla, declaró, por su parte, a este periódico que no quería entrar en polémica con nadie y no concedía mayor importancia a las alegaciones de Adelpha, «redactadas por alguien que no tiene ni idea de esto». «No dudo que en las restauraciones que estamos haciendo pueda haber errores, y, desde luego, mis criterios pueden ser discutidos, pero espero que lo sean por personas con suficiente fundamento científico.
Rafael Manzano es el único catedrático de Teoría y Técnica de la Restauración de Monumentos existente en España, y confesó a EL PAIS: «Soy un hombre polémico, seguramente por ser de las pocas personas de este país que se han dedicado a salvaguardar el patrimonio histórico-artístico.» Después rechazó rotundamente la acusación de que las obras emprendidas se estén realizando de forma ilegal o clandestina.
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