Suspendida la próxima "cumbre" de la CEE

Por primera vez en la historia de la Comunidad Económica Europea (CEE), el Consejo de Ministros, es decir, la cumbre de losjefes de Gobierno de los países miembros, ha sido suspendida sine die. La decisión de suspender la reunión, que se debía celebrar los próximos días 31 de marzo y 1 de abril en Bruselas, se debe, sin duda, a la imposibilidad de encontrar una salida al problema planteado por Gran Bretaña, que se niega rotundamente a aportar su «cuota» al presupuesto comunitario. «Es menos dramático suspender la cumbre que tener que levantarse de la mesa de negociación con un portazo», declaró un alto funcionario del Mercado Común.Los rumores sobre una posible suspensión empezaron a correr por Bruselas a primera hora de la tarde de ayer, pero hasta las cinco no llegó la confirmación oficial desde Italia, país al que le corresponde en este momento la presidencia del Consejo de Ministros comunitario.

El hecho de que Italia no cuente con un jefe de Gobierno «con plenos poderes» es uno de los factores que puede haber contribuido a la suspensión de la cumbre, pero el problema básico no reside en la situación interna de Italia, sino en la intransigencia de Margaret Thatcher, la premier británica, que exige una reducción de mil millones de libras en su aportación al presupuesto de la CEE. La señora Thatcher alega que su país atraviesa una fuerte crisis económica y que el Mercado Común le devuelve mucho menos de lo que aporta.

La crisis se planteó ya en la anterior cumbre, celebrada el pasado mes de diciembre en Dublín (Irlanda). Gran Bretaña se negó a aceptar la propuesta de la Comisión Europea, que suponía una reducción de trescientos millones de libras.

La crisis en la que se encuentra sumida la Comunidad es especialmente peligrosa. Londres no amenaza con marcharse, tal y como propugnan los laboristas, sino con paralizar la CEE, precisamente en un momento en el que los mecanismos internos del Mercado Común se resienten más que nunca con motivo de la crisis económica internacional. No es sólo el problema del presupuesto británico, aunque sea el más urgente, el que está pendiente de solución. Poco a poco se acumulan los informes en Bruselas, sin que nadie adopte decisiones: política energética, precios agrarios, cooperación política.... todo tendrá que esperar.