José Moreno y Miguel Angel Gómez triunfan con la Orquesta de RTVE
De nuevo el joven director español Gómez Martínez ha logrado arrebatar al público madrileño, obteniendo uno de los más grandes triunfos de la temporada. El concierto se abrió con una versión clara y objetiva de la Oración del torero, de Turina, muy bien tocada por la cuerda de la RTVE.A continuación, el concierto para flauta de Saverio Mercadante, tocado en la versión para orquesta de cuerda, en la que se prescindió de las trompas ad libitum (existe una versión para orquesta completa). Se trata de obra muy agradable, de un delicioso hipermelodismo italiano lleno de sabor de época, que representa un importante ejemplo de la música instrumental italiana posterior a Bocherini, Viotti, Cambini o Clementi. Casi contemporáneo de¡ primer concierto de Paganini (con cuyo estilo posee muchísimos puntos en común), el concierto de Mercadante parece ofrecer dos únicos caminos (que conducen a un mismo fin) al intérprete de hoy: la interpretación ligera que roza la ironía, o la acentuación de¡ teatral patetismo tan del gusto del romanticismo de segunda fila. Sorprendentemente, Gómez Martínez planteó la obra desde el tutti inicial con la moderación y ausencia de énfasis propia del clasicismo, empleando un pequeño grupo de cuerda que acompañó puramente a José Moreno, excelente solista de la obra. Como cada semana, en el atril, Moreno demostró su gran madurez técnica, su sonido redondo y uniforme -espléndido el registro agudo-, su gran capacidad de legato y la nitidez de su picado. Moreno se muestra completo dominador de esta dificilísima obra (que solista y director interpretaron de memoria).
Obras de Turina, Mercadante y Tchaikowsky, Orquesta de la RTVE
José Moreno, flauta. Miguel Angel Gómez Martínez, director. Teatro Real, días 15 y 16.
Gómez Martínez es un músico dotado, directo, brillante y comunicativo. Su Quinta sinfonía, de Tchaikowsky, es segura y enérgica. Gómez Martínez sabe bien lo que quiere y lo realiza eficazmente. Podría decirse que su interpretación se basa más en la fuerza que en la tensión. Diríamos que la idea musical no se corresponde siempre con el resultado real; así, la gradacíón dinámica aparece a veces como fin en sí misma y no como medio para obtener un efecto: a menudo sus crescendos se producen como fenómeno aislado, sin «hacerlos desear» al oyente, sin crear en consecuencia tensión ni subrayar el punto culminante de la frase, o bien sus pianos no representan reposo o expectación. Algo parecido sucede con los «acellerandos» del andante cantábile: el acelerar tan marcadamente la melodía en el clímax, lejos de acentuarlo, supone una pérdida de tensión que no beneficia la fluidez del melodismo de Tchaikowsky. Por lo demás, Gómez Martínez construye la sinfonía con firmeza, gran sobriedad expresiva en el vals y brillantez no exenta de retoricismo en el finale, obteniendo espléndidos resultados.
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