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CIENCIA

Los cultivos marinos, alternativa al déficit pesquero español

Los cultivos marinos pueden ser una alternativa al déficit pesquero español. Nuestro país se encuentra con muchos problemas a la hora de aumentar el número de capturas. El agotamiento de los caladeros tradicionales y las restricciones impuestas por el exterior para faenar en aguas jurisdiccionales de otros países constituyen un gran handicap para nuestros barcos.

La elaboración de un programa nacional de acuicultura marina, la necesidad de actualizar y adecuar la legislación vigente y la petición elevada a la Administración en el sentido de declarar sector preferente la maricultura han sido las principales conclusiones derivadas de la I Convención Nacional de Cultivos Marinos (Concumar I), que, patrocinada por el Plan Especial de Pesca para Canarias, en colaboración con la Subsecretaría de Marina Mercante, la Dirección General de Pesca, el Instituto Español de Oceanografía y otros organismos, acaba de concluir en Lanzarote.La Convención ha constituido el inicio por parte de la Administración de una campaña encaminada a potenciar los cultivos marinos de todo tipo, «con el fin de servir de complemento, ya que no de alternativa, al déficit del sector pesquero español», según afirmó Lázaro Rosa, subdirector general de Pesca. Se ha conseguido de esta forma conocer la situación actual de la acuicultura marina española, para lo que ha resultado decisiva la nutrida participación de los mariscadores gallegos, así como de la mayoría de los sectores afectados: investigadores, representantes de la Administración, empresarios, planes marisqueros de Galicia y Suroeste, etcétera.

España, con 200.000 toneladas métricas, es el primer productor europeo de cultivos marinos. La mayor producción se centra en torno a la ostra y el mejillón, producto este último que exportamos en grandes cantidades a Europa. La almeja, vieira y otros moluscos, además de algunos crustáceos, completan el espectro productivo del sector. Con la pretensión de emular el ejemplo de Japón, uno de los países de mayor tradición pesquera, con una producción de cultivos marinos que se acerca al millón de toneladas, los representantes de la Administración española esperan conseguir, a corto plazo, producciones que se acerquen a esa cifra.

Según Miguel Aldasoro, subsecretario de la Marina Mercante, «España es un pequeño continente a efectos de cultivos marinos. La variedad de nuestras costas permite el cultivo de casi todo tipo de variedades de forma óptima. La potenciación del sector se ve facilitada, además, por una interesante oferta de mano de obra, lo que podría paliar en parte el paro existente en el sector de la pesca extractiva; y, por último, España ofrece un mercado interesantísimo, ya que consumimos más de 33 kilogramos de pescado por persona y año, frente a la media europea que se cifra en tomo a los once kilos ».

Nuestro país cuenta con más de 60.000 hectáreas aptas para los cultivos marinos, formadas principalmente por salinas que, con la necesaria adecuación legislativa, la adecuada financiación, la potenciación de la investigación en este campo, la selección de las zonas y los cultivos, y la elaboración, en suma, del reclamado programa nacional de acuicultura marina, podrían hacer de España uno de los países punteros de producción de especies marinas y de la tecnología adecuada para conseguir los mayores rendimientos.

En una de las ponencias, relativa a las especies cultivables de interés comercial y su nivel de conocimiento y explotación en España, se analizó la situación del cultivo de las especies que se encuentran en explotación actualmente en nuestro país,cuya valoración permitió relacionar algunas, consideradas de interés preferente. Entre éstas se encuentran la ostra plana, la portuguesa, la almeja fina, almeja babosa, vieira, zamburiña, mejillón y berberecho, entre los moluscos; lubina, dorada, mugil, anguila, rodaballo, lenguado, chanquete, seriola y algunos túnidos, así como algunos salmónidos y determinadas especies canarias como la vieja y los espáridos en general, entre los peces; el langostino, camarón, bogavante y otros crustáceos; algunas especies de cefalópodos y algas. Mención especial merece la artemia salina, especie muy demandada para su utilización en el cultivo de larvas de peces. y crustáceos, así como para la práctica de la acuarofilia, de la que existe un gran potencial de producción en las salinas del litoral español. No resta ya sino esperar los resultados del exigido programa nacional de cultivos marinos. Nadie parece querer perder de vista el mar, que se erige día a día en el candidato número uno para ser la reserva alimenticia y energética de la Humanidad.

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