La Editorial Prometeo seguirá publicando libros

La sociedad anónima Prometeo queda desautorizada para utilizar esta marca editorial, tras la reciente sentencia de la audiencia de Valencia, que declaró nulo su antiguo registro como, sociedad limitada. El nombre caducó en octubre de, 1975, por omitir parcialmente el pago de derechos, y quedó libre para que los promotores de la nueva etapa editorial formalizaran la compra de la marca a los herederos de Blasco Ibáñez y se constituyera en Editorial Prometeo, SA, según escritura pública ante notario de fecha 12 de enero de 1978.

El contencioso surgió con posterioridad a la formación de la sociedad mercantil, al rehabilitar la marca sus antiguos propietarios: Libertad, Sigfrido y Elena Morote, viuda de Mario, todos ellos hijos del escritor, quienes recurrieron ante. los tribunales, a excepción de Sigfrido, contra el uso del nombre editorial por una rama de la familia constituida por Pilar Tortosa y su hijo Vicente Blasco Ibáñez. La sentencia de la audiencia no se pronunció sobre el uso actual del cuño editorial, sino que sólo reconoció la. nulidad de la antigua marca, por haberse rehabilitado tras el registro de la sociedad anónima.«Nos abstenemos de entrar en las polémicas surgidas desde hace años en el seno de la familia Blasco Ibáñez, porque no es nuestra polémica», manifestó a EL PAIS Juan de Dios Leal, director gerente de Prometeo, SA. «Esperamos que lleguen a un avenimiento cordial y no enturbien un apellido que hemos tenido presente en nuestra singladura, pese a no declararnos herederos ideológicos o culturales del insigne escritor. » El gerente de Prometeo señaló asimismo: «Si no podemos hacer valer nuestros derechos, tendremos que retrotraemos a una compra realizada y replantearnos nuestra continuidad con la actual marca editorial. En cuanto a nuestra crisis económica, es la misma que sufre el sector en todo el país. Nuestra supervivencia está asegurada por la aportación de más de un centenar de accionistas. La ayuda del Ayuntamiento de Valencia no es aplicable al conjunto de la editorial, sino sólo a la edición de los Premios Blasco Ibáñez, cuyos beneficios por venta revertirán a la propia Corporación.»