El centenario de Juan Ramón Jiménez

Las universidades norteamericanas, que en 1956 solicitaron a la Academia Sueca la concesión del Premio Nobel de Literatura a Juan Ramón Jiménez, están preparando la celebración del centenario de su nacimiento, en 1981. Tanto las universidades de Estados Unidos como la de Puerto Rico tienen ya programados diversos actos culturales que incluyen conferencias, simposios, recitales y publicaciones. Por mi ya larga dedicación juanramoniana, me escriben dando cuenta de sus programas y preguntando qué es lo que se va a hacer en España; me da vergüenza tener que contestar que aquí todavía no se ha acordado ningún organismo del aniversario. Y casi diría que es natural: si en 1956 nadie movió un dedo por el poeta antifranquista exiliado, no es sorprendente que ahora tampoco se le tenga en cuenta. Así que serán los norteamericanos, como de costumbre, los que valoren justamente su obra.El profesor Clavero Arévalo creó una Comisión Nacional para que organizara debidamente el centenario de Picasso, que también nació en 1881, pero no se acordó de que su ilustre paisano el andaluz. universal había venido al mundo en Moguer ese mismo año. Ahora, el nuevo ministro de Cultura acaba de presentar en el Congreso un plan de homenaje nacional a Picasso en su centenario, olvidándose también de Juan Ramón. Me gustaría preguntar al señor De la Cierva por qué concede al pintor unos honores que niega al poeta, si ambos. son igualmente notables y universales, cada uno en su oficio.

Aún hay tiempo para programar una conmemoración digna del centenario de Juan Ramón. Sería importante reunir (quizá en Sevilla, a la que él calificaba de capital poética española) a los estudiosos de su obra en un simposio cuyas ponencias se editaran después. Podría organizarse una exposición itinerante con objetos y libros .prestados por la Casa de Cultura de Moguer. Debiera hacerse una edición antológica para regalar en las escuelas, y continuar la publicación de sus obras completas, ya que Aguilar la ha interrumpido. Habría que recordar su obra en todos los centros culturales españoles. En fin, hacer lo que ya están empezando a hacer los hispanistas americanos. Y para ello no es necesario nombrar ninguna comisión nacional del centenario; hay gente de sobra en el Ministerio para ponerlo en marcha con eficacia.