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Posible crisis de Gobierno en Israel

El primer ministro israelí, Menahem Begin, propondrá el próximo domingo como ministro de Asuntos Exteriores a Isaac Shamir, actual presidente del Parlamento. De esta forma, trata de favorecer al sector duro del Gobierno que se encuentra enfrentado a los liberales (cuyo líder es el viceprimer ministro Simba Ehrlich, al que sigue el ministro de Defensa, Ezer Weizman). La discordia se debe al proyecto de poblamiento en Hebrón, que es una ciudad de Cisjordania de máxima concentración árabe. Esta implantación de familias judías en Hebrón pondría en peligro la paz con Egipto, y tanto la ONU como Estados Unidos han mostrado su reprobación. Junto a los liberales, los tres ministros del Partido Democrático que encabeza el viceprimer ministro, Yigael Yadin, han mostrado su oposición al proyecto de Begin.

A pesar de una apasionada defensa de su política en la Knesseth (Parlamento israelí) y el anuncio de que el Gobierno israelí tomará, el próximo domingo, «medidas concretas» para establecer grupos de judíos en Hebrón, el primer ministro, Begin, acaba de sufrir algo peor que una derrota: un enfrentamiento personal que pone en duda su autoridad y amenaza, de hecho, su liderazgo.«El Gobierno no discutirá sobre el establecimiento de judíos en Hebrón, que comenzará la semana próxima», declara el líder del Partido Liberal y viceprimer ministro, Simha Ehrlich, «porque nosotros, miembros del Partido Liberal, estamos completamente en contra.»

Esta aclaración de Ehrlich llega en el momento en que el ministro de la Vivienda, David Levy Parcourt, recorre las calles de Hebrón (a petición de Begin) para preparar un plan de construcción concreto y «traducir a la realidad las decisiones del Gobierno».

La revuelta de los liberales (que forman el 40% del grupo parlamentario Likud) ha cogido desprevenido a Begin, según hemos podido saber. El primer ministro ha convocado urgentemente a sus ministros fieles del Herut (que forman la mayoría del Likud) para hacer frente a esta nueva situación.

Sin duda, estos acontecimientos estaban en el aire desde hace cierto tiempo. En el seno del Partido Liberal no faltaba mar de fondo contra la «locura colonizadora» de Begin. Mientras tanto, el primer ministro confiaba que los liberales no se atreverían a oponerse a su política. Ahora, no sólo queda abierto un enfrentamiento entre las fuerzas que componen el Gobierno, sino que las cosas tienden a empeorar. El popular ministro de Defensa, Weizman, segundo hombre del Herut, después de Begin, ha encabezado esta revuelta interna presentando su candidatura a la sucesión de Begin.

Ignorando el enfado del primer ministro, Ezer Weizman ha declarado en la última reunión del Gabinete que el establecimiento de los judíos en Hebrón no sólo no aporta nada a la seguridad de Israel, sino que la dificulta, porque implicará la inmovilización de buen número de soldados, cuya única misión será defender «algunas familias judías en una ciudad árabe hostil». «Además», dice Weizman, «el asunto de Hebrón nos aisla de nuestros amigos en el mundo y perjudica el proceso de normalización y de paz con Egipto.»

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Al día siguiente, respondiendo a una pregunta en televisión, el ministro liberal de Energía, Modavi, declaró: «Si Begin no estuviera disponible, por una causa u otra, para ser primer ministro, mi candidato es Ezer Weizman.»

Dado que la oposición de los políticos liberales a la política sobre Hebrón llevada por Begin está sostenida por los tres ministros del Partido Democrático del viceprimer ministro Yadin y que los tres ministros religiosos mantienen diferentes posiciones, Begin se arriesga a no tener una mayoría en la próxima discusión sobre Hebrón, que tendrá lugar el próximo domingo.

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