Un nuevo escándalo financiero aumenta el descrédito de la clase política italiana
El terremoto bancario del pasado martes, con la orden de detención de 49 importantes financieros e industriales, once de los cuales han huido al extranjero, y la dimisión del ministro de Marina Mercante, Franco Evangelisti, complicado en una emisión irregular de fondos electorales, ha trastornado por completo a la clase política del país.Un diputado confesaba anoche, en los pasillos de Montecitorio, sede del Parlamento, sentir vergüenza cuando todavía es llamado onorevole.
El secretario general del Partido Republicano, Giovanni Spadolini, reconocía a un informador que la falta de moralidad en la clase dirigente italiana hace crecer hoy la angustia y la decepción del resto de los italianos, que no ven ningún punto de referencia en el que apoyarse.
La emisión de 49 órdenes de captura, dictada por el juez Antonio Alibrandi, magistrado muy ligado a los ambientes de extrema derecha, ha afectado a personas que desde 1970 a 1977 pertenecieron al consejo de administración de Italcasse, instituto crediticio para las cajas de ahorro, así como a banqueros e industriales.
La acusación se fundamenta en el hecho de haber sido entregadas, sin las debidas garantías, importantes sumas pecuniarias en cal¡dad de créditos a varios empresarios, sumas equivalentes a más de 700.000 millones de liras (56.000 millones de pesetas).
En este «gotha financiero» de personalidades detenidas figuran personajes, en su gran mayoría, vinculados con la Democracia Cristiana, aunque también hay alguno relacionado con los socialdemócratas y los socialistas.
Destacan el ex presidente de Italcasse y presidente de la Caja de Ahorros de Turín, conde Eduardo Calleri di Sala, antiguo diputado por la Democracia Cristiana.
Asimismo, el anciano Giordano dell'Amore, de 84 años, ex presidente de la Caja de Ahorros de la Lombardía, ex senador democristiano y ex ministro del Comercio Exterior.
También han sido detenidos los actuales presidentes de las Cajas de Ahorros de Génova, Florencia, Sicilia, Teramo, Perusa, Padua, Bolonia y Terni, así como los altos cargos de la Banca del Monte.
Han tenido mejor suerte, al escapar del país antes de la detención, los hermanos Caltagirone, constructores, de Roma, creadores de un imperio de noventa empresas constructoras, de las que diecinueve entraron en quiebra en los últimos seis meses, así como el ex presidente de la potente industria petroquímica SIR, Nino Rovelli.
Se ignora si tras esta iniciativa del juez Alibrandi existe una manipulación judicial de signo incierto. Otros aluden también a una especie de vendetta por parte del magistrado, cuyo hijo, conocido neofascista, fue detenido y puesto en libertad hace unos días, sospechoso de haber intervenido en el asesinato de un policía.
Cossiga no ha esperado ni un instante para sustituir a Evangelisti. El senador democristiano Nicola Signorello, de 53 años y ministro de Turismo en el cuarto Gobierno de Aldo Moro (1974-1976), será el nuevo responsable de la cartera.
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