Comentar EL PAIS

El día 19 de los corrientes nos encontrábamos dos ciudadanos comentando la edición de ese día de EL PAIS.En estos tiempos, la actualidad terrorista nacional es un barómetro, cuyos pronósticos y variaciones son tristemente comunes en las tertulias. En esta línea, nuestros comentarios discurrieron sobre el escalofriante Batallón Vasco Español, del que dijimos textualmente: «Todo el mundo sabe quiénes son».

La casualidad hizo que este escueto comentario llegase a oídos de un policía nacional, que interpretó esta frase como acto delictivo contra las FOP.

Y ahora le toca su parte a ese periódico, al que, desde luego, no culpamos, pero hacemos partícipe de alguna manera de este asunto.

El caso es que publicando informaciones como: interpelaciones al Gobierno sobre implicaciones entre funcionarios y organizaciones de extrema derecha, denuncias de torturas en cárceles de pánico, jueces tendenciosamente negligentes, etcétera, nos da a veces la sensación de que la libertad de opinión y expresión existe en todo el país. Esta creencia nos lleva a situaciones como la relatada, que lejos de ser una anécdota es un hecho indignante y real de todos los días.

No queremos ni pensar qué hubiese ocurrido si este policía hubiese leído la carta que ese día publicaba esta sección, firmada por el señor Soto. Coincidimos con este señor en preguntamos ¿qué órdenes reciben, o no reciben, estos funcionarios de sus superiores que les permiten actuar de este modo?, ¿habrá que encerrarse en casa para leer y comentar la prensa?, ¿llegará el día en que el ciudadano deje de sentir inseguridad y temor ante la presencia de la policía?

Por este camino, desde luego, no.