Zimbabwe accederá a la independencia en marzo, tras un complicado proceso de descolonización
Zimbabwe-Rodesia, el nuevo país africano que accederá a la independencia el próximo mes de marzo, tras uno de los más complicados procesos de descolonización de la historia, constituye uno de los más clásicos ejemplos del tipo de colonialismo practicado por Gran Bretaña. Como tantas otras piezas del antiguo imperio británico -la India, los territorios del Caribe-, el nuevo Zimbabwe fue el producto de una concesión comercial concedida a un visionario hombre de negocios, enriquecido con la explotación de oro y diamantes en Africa del Sur, y de quien la colonia tomaría luego su denominación oficial como país.
Sir Cecil Rhodes, fundador de Rodesia, consiguió en 1888 la llamada concesión rudd, por la que constituía la British South Africa Company para explotar el territorio de Mashonaland.Unos días antes de la Navidad de 1889, una columna de cien pioneros, protegidos por quinientos miembros de la policía privada de Rhodes, la British South Africa Company Police, salía de Suráfrica con dirección al Norte. Varios meses después, el día 12 de septiembre de 1890, la columna llegaba, tras un penoso viaje, a la meseta central rodesiana y procedía a la fundación de Salisbury, en honor del entonces primer ministro conservador, marqués de Salisbury. La colonización había comenzado.
El tratado firmado entre Gran Bretaña y el jefe de la tribu Matabeleland permitía a los colonos sólo la ocupación de Mashonaland. Pero el tratado no fue respetado y los blancos se movieron también en dirección al territorio matabele.
Rhodes moriría a principios de siglo, en 1902, sin haber visto realizado el mayor sueño de su vida: la terminación de un ferrocarril que uniera Ciudad del Cabo con El Cairo, para el mejor afianzamiento del dominio británico en Africa.
Colonia con autogobierno
Tras un referéndum celebrado entre la población blanca, en el que la anexión con Suráfrica fue rechazada, Rodesia se convierte en 1923 en una «colonia de la corona con autogobierno». Su primer ministro fue sir Charles Coghland, y los sucesivos, antes de la declaración unilateral de independencia por Ian Smith en 1965, Howard Moffat, sir Godfrey Huggins (considerado el padre de la moderna Rodesia), Garfield Todd, sir Edgard Whitehead y Winston Field.
Quizá el más interesante de ellos sea Garfield Todd, quien, a partir de 1953, intentó una inteligente política de acercamiento a la población africana, con el fin de preparar con tiempo el futuro. Todd pagaría con la expulsión de su cargo sus intentos de liberalización y promoción de los líderes locales.
Todd fue acusado la semana pasada de dar refugio en su granja a varios guerrilleros del dirigente del frente nacionalista Joshua Nkomo y estuvo a punto de ser procesado. La intervención personal del gobernador británico, lord Soames, hizo que el fiscal general archivara la acusación de la policía.
La idea de una federación de Rodesia meridional, el actual Zimbabwe, Rodesia septentrional (Zambia) y Niasalandia (Malawi), comenzó a discutirse antes del comienzo de la segunda guerra mundial, pero el estallido de la conflagración aplazó su realización hasta 1953. En ese año, y contra el consejo de muchos, la federación fue formada cuando ya el proceso de descolonización había comenzado en todo el mundo.
La federación, que desde el punto de vista económico constituyó un éxito para la ppblación blanca, fue disuelta en 1963.
Independencia unilateral
Dos años después, el Gobierno de Salisbury, encabezado por lan Smith, procedió a realizar la UDI, o declaración unilateral de independencia, interrumpiendo todos sus lazos con la corona británica cinco años más tarde, en que Rodesia se convertió en una república. Smith declaró ampulosamente que «pasarían más de mil años antes de que hubiera un Gobierno negro en Salisbury». Los mil años han resultado bastante cortos, porque el nuevo Zimbabwe contará con un Gobierno de color verdaderamente independiente menos de quince años después de la afirmación de Smith.
La población de color, que elegirá a ochenta de los cien diputados de Cámara baja, está compuesta de dos tribus principales, la shona, a la que pertenecen entre un 70% y un 75% de la población, y la ndebele, con un 18% ó 20%. El resto son subtribus de las dos mayoritarias. Es interesante anotar que cuando los analistas afirman que el líder nacionalista, Robert Mugabe conseguirá el mayor número de votos, aunque sin llegar al 51% necesario para formar Gobierno, están teniendo en cuenta el fuerte elemento tribal predominante en Rodesia,
Mugabe pertenece a la tribu shona, mientras que Nkomo es miembro de la etnia ndebele.
El futuro país independiente toma el nombre de las impresionantes ruinas de Zimbabwe, situadas al sureste de Fort Victoria, y que, según los arqueólogos, son tan importantes para el conjunto del Africa meridional como las pirámides de Egipto. Aunque su origen constituye todavía tema de controversia entre los expertos, parece que pertenecen a una civilización que floreció en el Africa austral en torno al siglo VIII.
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