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Los estudiantes islámicos siguen exigiendo la extradición del sha

Cuando parecía inmediato el inicio de solución del secuestro de la embajada estadounidense en Teherán, los estudiantes islámicos reiteraron ayer sus reivindicaciones: la extradición del sha y la vuelta de sus propiedades.Sin embargo, el ambiente detectado en las Naciones Unidas es calificado de «optimista» por los observadores. Entre tanto, Carter parece dispuesto a moderar este optimismo. En unas declaraciones publicadas ayer por el Boston Herald American, el presidente norteamericano estima que los cincuenta rehenes no serán liberados antes del 26 de febrero, fecha en la que, precisamente, se celebran las elecciones primarias en New Hampshire.

Otro periódico estadounidense, el San Francisco Examiner, publicaba ayer que Carter ha hecho llegar a Jomeini tres mensajes secretos, con el propósito de obtener la liberación de sus compatriotas secuestrados en Teherán. El envío de mensajes sucedió, según afirma este periódico californiano, a la invasión soviética de Afganistán, que comenzó el pasado 26 de diciembre.

Según el corresponsal en Washington del San Francisco Examiner, los mensajes habrían alertado al imán Jomeini sobre la posibilidad de que la Unión Soviética se beneficie de esta crisis.

Es inminente el nombramiento de la comisión internacional que investigue las responsabilidades políticas del antiguo régimen iraní. Será Kurt Waldheim el encargado de citar a sus miembros, que previsiblemente serán Louis Edmond Pettiti, ex presidente del Colegio de Abogados de París; representantes de países del Tercer Mundo, como Argelia, Bangla Desh y México, y el funcionario de la ONU, Sean McBride, que es, a la vez, premio Lenin y premio Nobel de la Paz.

Este último ha declarado al Daily Telegraph, de Londres, que la puesta en libertad de los rehenes podría ocurrir la próxima semana.

Entre tanto, el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Sadeh Gotbzadeh, sigue su viaje por Europa, y llegó ayer a París, después de haberse entrevistado en el Vaticano con el secretario de Estado, monseñor Casaroli. Gotbzadeh declaró previamente en Roma que estaba en contacto permanente con Waldheim y que la puesta en libertad de los rehenes no se haría antes de que la comisión internacional acabase su tarea. De esta forma, contradecía lo dicho por el presidente Banisadr, que afirmaba que la puesta en libertad coincidiría con el comienzo de las sesiones.

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En Argel (una de las capitales que enviará representantes a la comisión investigadora) no se ha criticado la disparidad de centros de poderes que existen en Irán, pero lo cierto es que las actividades de los estudiantes islámicos no son santo de la devoción argelina, y se vería con buenos ojos que el imán Jomeini aprobara los resultados eventuales de la citada comisión, de manera que no se prolongue excesivamente el secuestro, escribe desde Argel nuestro corresponsal Manuel Ostos.

Esta es la impresión comprobada hace días por el antiguo representante de Estados Unidos en la ONU, Andrew Young, quien fuera recibido en audiencia por el presidente Chadli Benjedid, para discutir «temas de importancia internacional».

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