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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Astracán actualizado

Este juguete cómico con secuencias del más rancio astracán actualizado, viene a ser una mezcla del famoso Papus y cualquier manual de iniciación sexual para países en vías de desarrollo. Del primero conserva cierta gracia procaz, acentuada por el uso insistente de vocablos destinados a asombrar a los burgueses de buena fe y a hacer las delicias de los públicos jóvenes; del segundo, un cierto planteamiento de problemas actuales, aprovechando el hecho de que el protagonista se dedique a orientar a las parejas en cuestiones sexuales. Por ambas razones se le podría incluir en la corriente italiana ya en decadencia, donde enfermeras, doctoras, especialistas y pacientes se desnudan, reúnen, hacen el amor y tratan de olvidar sus miserias presentes en modestas orgías a base de alcohol y porro intermitente.Esto del porro parece haberse puesto de moda actualmente en toda historia cinematográfica que se precie de moderna. Somos los nuevos ricos del porro y del placer extraconyugal, ya se trate de políticos, ejecutivos, simples burgueses o cualquier otra profesión, ahora que, según parece, la familia está en crisis.

Salut i forsa al canut (Cuernos a la catalana)

Dirección: Francesc Bellmunt.Fotografía: Tomas Pladevall. Intérpretes: Juanjo Puigcorbe, Alicia Oroco, Isabel Mestres, Pepón Coromina, Miriam de Maeztu, Joan Borras, Lali Sogorb, Ayna Lizaran, Joseph María Beneigues. Comedia, 1979. Local de estreno: AIbéniz.

En el filme, y mezclados un tanto, toscamente, hay alguna que otra alusión divertida a la rivalidad centrista- litoral, combinada con gotas de ternurismo sentimental al amparo de las canciones de Serrat. Todo ello hace que la historia vacile dudando entre la más elemental caricatura y momentos en los que parece como si el autor tratara de trazar algún somero esquema de lo que debe ser un personaje. Ello, unido a que su gracia estriba casi siempre en el diálogo, hace que, a ratos, la película pese, teniendo en cuenta que el guión se reduce en un amplio tanto por cierto a escenas en las que los actores permanecen sentados. En tal sentido, esta comedia bate todos los récords establecidos hasta ahora por ciertos espacios dramáticos de Televisión Española, no se sabe si por escasez de recursos económicos o por simple carencia de talento. Realizada para un público concreto: más o menos el que acudía a las revistas musicales de antaño y ahora olvida sus frustraciones sexuales en las ciertas revistas gráficas, y más concretamente a los jóvenes, herederos, sin saberlo, de los mismos gustos que sus antecesores, estejuguete cómico tradicional, fruto de la apertura cinematográfica, reúne en torno a sí a una serie de actores a los que no sería justo juzgar por su labor en él. Mejor será esperar a otra ocasión en que la suerte, el director o quién sabe si una historia verosímil, les lleve a dar su verdadera dimensión como profesionales.

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