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Felipe González: "El Estatuto de Centros Docentes, un escollo en la profundización de la democracia"

Felipe González, secretario general del PSOE, anunció anoche que su partido votará contra la ley orgánica del Estatuto de Centros Docentes, al considerarla «un serio escollo en la tarea de profundización de la democracia», y aseguró que esta ley será derogada tan pronto como los socialistas consigan ser mayoría en este país, lo cual ocurrirá «más pronto que tarde». Varios millares de personas asistieron al mitin organizado por el PSOE contra el Estatuto de Centros Docentes, celebrado en el Palacio de los Deportes de Madrid, que no llegó a llenarse.

En este primer acto público del PSOE desde las elecciones municipales de 1979, se ha marcado una política de radical oposición al Gobierno y ha supuesto la reaparición conjunta de los dos líderes socialistas enfrentados en la pasada crisis interna de su partido, Luis Gómez Llorente y Felipe González, quienes levantaron anoche el clamor del público con sus intervenciones en contra de «las falacias» de la derecha en materia de enseñanza.Felipe González dio cuenta de la honda preocupación que el tema de la enseñanza causa a su partido, y atacó duramente al Gobierno y a Televisión Española por la manipulación respecto a las comparaciones con la situación de la enseñanza en otros países. Y añadió: «Ya está bien de que no haya cuentas en Televisión Española, de que tampoco las haya en la Seguridad Social y de que con nuestro dinero se Financien las tergiversaciones en la enseñanza.»

Ironizó Felipe González sobre las garantías de libertad de elección de centro que pueden tener los hijos de los ciudadanos que residen en los barrios periféricos de las grandes ciudades, y añadió que, junto a la campaña contra el Estatuto de Centros, se podría instrumentar otra para que los niños de Vallecas pidan todos el ingreso en el colegio del Pilar o demás centros de élite de Madrid. Negó que el Partido Socialista esté en contra de la enseñanza de religión a quien lo desee -«que no nos metan en la guerra de religión. que hay muchos cristianos en y por el socialismo»- y advirtió sobre la conveniencia de moderar el uso de las huelgas en las escuelas públicas, «no vaya a ser que muchos padres empiecen a mirar con envidia el colegio privado, donde no se dan estas huelgas de larga duración».

Con anterioridad a la intervención de Felipe González, el vicepresidente del Congreso, Luis Gómez Llorente, dedicó un largo discurso a combatir las «falacias de UCD en materia de enseñanza». Negó el supuesto de una antítesis entre enseñanza confesional y enseñanza laica, y atribuyó la campaña existente en este sentido a un intento de que la sociedad española regrese a 1931, «porque haciéndolo quieren salvaguardar los privilegios que una minoría ha adquirido a lo largo de los últimos cuarenta años».

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Los socialistas defienden la libertad de enseñanza tal como se recoge en la Constitución

(Viene de primera página.)

Negó asimismo que las posiciones socialistas se inspiren en el estatalismo -« Es absolutamente indigno que quienes han servido durante cuarenta años al totalitarismo nos acusen ahora de eso»-, y afirmó que la libertad que se difiende es aquella que está recogida expresamente en el artículo 27 de la Constitución. Se mostró especialmente crítico al referirse a los 100.000 millones de pesetas que los centros privados reclaman como subvención del Estado y atacó duramente a los autores del proyecto de Estatuto de Centros Docentes, por intentar que a través del mismo los propietarios de los centros puedan «manipular las conciencias de los alumnos con la imposición del ideario, y hacerlo, encima, con el dinero de todos».

« Nosotros no queremos una escuela para hacer marxistas ni para hacer liberales», agregó Gómez Llorente. «Nosotros no queremos seguir un camino que abre el foso entre diversas clases de españoles desde la primera infancia; no queremos que nos hagan socialistas desde las escuelas, sino hombres con capacidad crítica, con imaginación, y con solidaridad.»

«Nosotros no tenemos una clientela burguesa que exija esa ficción del cheque escolar, que no es otra cosa que la forma vergonzante de UCD para establecer la financiación de toda clase de centros privados con el dinero público, y que responde a los editoriales de la prensa confesional» (y en este punto atacó expresamente al diario Ya). «Nosotros, porque no estamos ligados a la derecha, exigimos prioridades en el reparto de los fondos públicos y que no haya barrios sin guarderías o deficientes mentales sin escolarizar, antes que atribuir subvenciones del Estado a toda clase de centros privados, y nos negamos igualmente a que haya un fray Fulano o una sor Mengana que, como titulares de los centros docentes, tengan capacidad ¡limitada de contratar y despedir profesores y de imponer a los alumnos su propio ideario. »

Tanto las intervenciones de Felipe González como las de Luis Gómez Llorente fueron acogidas con grandes aplausos, y especialmente la última se vio interrumpida una veintena de veces por las ovaciones del público. Con anterioridad, otros oradores habían igualmente hecho exposiciones sobre el tema de referencia. Ciriaco de Vicente, miembro de la ejecutiva socialista, afirmó que «nos encontrarnos en una etapa restrictiva de los derechos ciudadanos, que afecta no sólo a la educación, sino a la sanidad y a otros muchos temas».

Joaquín Leguina, secretario general de la Federación Socialista Madrileña, recordó la vieja frase de que este país parece destinado a ir tras los clérigos con la estaca o con el incensario; «Ni lo uno ni lo otro», dijo, «estamos, como socia listas, a favor de la fuerza de la razón y en contra de la razón de la fuerza». En este sentido dijo que algunos se han creído que cambiar la escuela es atentar contra los derechos de las personas, plantea miento que calificó de intolerable. Ofreció datos sobre la falta de escolaridad en la provincia de Madrid y anunció que gracias a los proyectos gubernamentales en materia de enseñanza, 20.000 niños quedarán sin escuela el próximo año.

Por su parte, el secretario general de la UGT de enseñanza, Manuel Gracia, desmenuzó el proyecto de Estatuto de Centros Docentes y aseguró que supone el fin de la libertad de cátedra, la configuración de los directores de centros corno «comisarios políticos de UCD en las escuelas» y se preguntó qué tendrá que ver la titularidad de los centros -«padre prior o particular correspondiente »- en los sistemas de evaluación de los alumnos.

El acto se desarrolló en medio de un clima claramente contrario a la filosofía gubernamental sobre la enseñanza. Mientras tanto, los asistentes comentaban con extrañeza que el Palacio de los Deportes de Madrid no se hubiera llenado tanto como ellos esperaban.

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