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Comandante del Ejército asesinado en Rentería

El comandante de Infantería Miguel Rodríguez Fuentes resultó muerto, a las nueve y cuarto de la noche de ayer, al recibir varios disparos a bocajarro, en Rentería (Guipúzcoa). Prácticamente a la misma hora se produjo un atentado en la localidad de Oñate, en el que perdió la vida un policía municipal, Angel Aztuy Rodríguez, cuando se dirigía al Ayuntamiento para comenzar su servicio.El comandante Rodríguez Fuentes llevaba más de diez años impartiendo clases en la escuela de formación profesional Don Bosco -era en la actualidad jefe del departamento de automovilismo- y, según sus compañeros de profesión, recibió un mínimo de tres impactos de bala en la cabeza. Minutos antes de la hora mencionada, dos jóvenes que portaban bolsas de deportes entablaron conversación con el ordenanza del centro, al que convencieron de la necesidad de entrar en el recinto escolar para ultimar una serie de detalles sobre una prueba deportiva. Poco después se oían con nitidez varias detonaciones, que correspondían a los disparos realizados por los agresores.

El comandante Miguel Rodríguez perdió la vida en el acto y quedó tendido sobre el volante de su automóvil -un Seat 131 de color blanco aparcado en batería junto a la puerta del centro escolar- Minutos después, compañeros de centro intentaron auxiliar a la víctima, que había perdido ya la vida.

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El comandante muerto pertenecía a la promoción del Rey

(Viene de primera página)Sin embargo, nada se pudo hacer por salvar la vida al comandante, cuyo cuerpo cayó sobre la primera persona que consiguió abrir la puerta del coche. En el lugar de los hechos se encontraron una decena de casquillos parabellum.

Miguel Rodríguez, de 44 años, estaba casado y era padre de cuatro hijos; pertenecía a la XIV promoción de la Academia General -la misma del rey don Juan Carlos- y se encontraba a punto de incorporarse a un nuevo destino en Santander, su ciudad natal.

En cuanto al policía municipal asesinado en Oñate, tenía 48 años y había pasado en esta ciudad los últimos nueve años. Estaba casado y tenía cinco hijos. En el momento de ocurrir el atentado, Angel Aztuy se dirigía a cumplir su trabajo en el servicio nocturno de la Policía Municipal de la localidad guipuzcoana. El cuerpo cayó en el interior de un bar, por la fuerza de los impactos de bala que contra él dispararon los ocupantes de un Seat 124 ó 1430, de color azul, que se dieron inmediatamente a la fuga.

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