La contratación de los astilleros nacionales en 1980, al nivel más alto desde el comienzo de la crisis
El sector naval presentó ayer sus resultados productivos durante el año 1979 y, aunque estos se mantuvieron al nivel reducido característico de los últimos cinco años (un 17% de descenso sobre el año anterior), adelantó una nota optimista para 1980, al indicar que la cartera de pedidos ha mejorado sustancialmente respecto al año anterior, con un total de contratación que totaliza 773.364 TRBC, cifra no alcanzada desde el comienzo de la crisis en 1974.
Francisco Aparicio Olmos, presidente de la Asociación de Constructores Navales Españoles (Construnaves), reflejó las bajas generales registradas en la producción durante 1979 (656.188 TRBC, descenso del 17%), pero se declaró optimista respecto al nivel de contratación para este año y al apoyo «eficaz y realista» que han recibido por parte de la Administración para la búsqueda de una solución a medio plazo de la crisis del sector.Simultáneamente al acto de presentación, el Consejo de Ministros pasaba ayer el trámite de aprobación gubernamental del proyecto de ley que será enviado al Parlamento sobre el programa a medio plazo para el sector naval, que prevé una ayuda de 24.000 millones de pesetas para remediar la situación de falta de actividad en los grandes astilleros.
Francisco Aparicio Olmos, al hacer referencia del nivel de contratación naval para el año 1980, indicó que estos datos represen tan una «mejora» respecto a ejercicios anteriores, pero todavía no son, bajo ningún concepto, «la solución definitiva de la crisis que vive el sector desde el año 1974. A su vez, Javier García Egocheaga, director general de Industrias Siderometalúrgicas y Navales, matizó que el futuro inmediato de los astilleros nacionales se caracterizará por un nivel de contratación y actividad inferior en un 30% a los mejores momentos del mismo durante los años 1974 y 1975. Dentro de este panorama general, García Egocheaga señaló que el Gobierno tenía el convencimiento de haber encauzado por buena senda la solución a medio plazo de la crisis del sector naval y presentó el año 1980 como el período en que se habrán resuelto favorablemente gran parte de las incógnitas y problemas de los grandes astilleros. Un problema aparte, sin embargo, serán los pequeños y medianos astilleros, que se verán forzados en España a concentrar su esfuerzo y actividad o, por lo menos, a trabajar a una capacidad muy inferior al período cota de los anos pasados.
En cuanto a la actividad productiva del sector durante 1979, Francisco Aparicio señaló que los astilleros nacionales mantuvieron su nivel reducido de producción característico de los últimos cinco años, con un tonelaje entregado en el año, medido en toneladas compensadas, de 656.188 TRBC, lo que supuso un descenso del 17% respecto a la cifra de 1978 y un retroceso de casi el 40% respecto a la máxima capacidad histórica del sector.
Cartera de pedidos a buen nivel
Frente a estos datos, sin embargo, el presidente de Construnaves indicó que se ha registrado una relativamente importante contratación durante el año 1979, que ha permitido detener el proceso de caída en la cartera de pedidos. El nivel de esta cartera, a comienzos de 1980, era de 1.372.413 TRBC, correspondiendo unos 730.000 TRBC a armadores nacionales y el resto a extranjeros.Este nivel, sin embargo, es similar al de doce meses atrás, por lo que, en opinión de Construnaves, no es previsible a corto plazo una recuperación sensible de la actividad productiva, debido, en parte, al ligero retroceso relativo registrado en las primeras etapas del proceso productivo (descenso en las puestas de quilla).
Uno de los problemas que afrontará este año el sector naval, dentro de esta tónica de mejora de la contratación, será el hecho de que los nuevos pedidos han consistido fundamentalmente en grandes buques, de modo que los pequeños astilleros han visto su situación deteriorada sensiblemente, al exceder su producción en el año pasado (310.448 TRBC) a su contratación (201.238 TRBC), viéndose mermada, en consecuencia, su reserva de trabajo.
Reducción de puestos de trabajo
Para hacer frente a este hecho y, en general, a la crisis permanente del sector, que se materializa tanto a nivel nacional como mundial, el director general de Industrias Siderúrgicas y Navales consideró fundamental la necesidad de culminar con éxito los planes de reestructuración del sector que, según señaló, estarán marcados por la filosofía gubernamental de apoyo y ayuda oficial a aquellos astilleros y empresas que inicien programas de reestructuración sobre la base de racionalización de costes y productividad.A este respecto, García Egocheaga señaló que de los seis puestos de trabajo que tendrán que ser reducidos en el sector, según prevé el acuerdo entre centrales sindicales, empresas y administración, por lo menos 2.000 han sido ya resueltos, lo que deja un balance de unos 3.500 a 4.000 por reducir. Asimismo indicó que el plan de reestructuración obligará a fuertes sacrificios salariales para los trabajadores y también a una racionalización de los costes financieros. Todo esto, añadió, será una condición previa al inicio de cualquier programa realista de inversiones.
Simultáneamente a la reducción de costes salariales y financieros, el sector naval registrará en los próximos años una concentración empresarial que obligará a la reducción del número de astilleros nacionales, de unos cincuenta que existen en la actualidad, a unos 30 ó 35, según declaró el señor García Egocheaoa. Este añadió que de los cuatro grandes, supuestamente quedarán reducidos a tres, mientras que los medianos pasarán de doce a ocho o nueve. En cuanto a los pequeños, tan sólo sobrevivirán unos quince de los veinticinco actualmente existentes.
Aparte de estas soluciones, el presidente de Construnaves señaló que la recuperación de la competitividad en los astilleros nacionales es una de las condiciones prioritarias para la recuperación del sector. Por su lado, el director general de Industrias Siderúrgicas y Navales indicó que la competitividad podría encontrarse en un incremento de la especialización del sector y una reconversión tecnológica. Un paso dado es la futura construcción de plataformas petrolíferas.
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