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La "guerra fría" daría ventaja nuclear a la URSS según el espionaje norteamericano

Si el Congreso y el Senado de Estados Unidos no ratifican los acuerdos SALT II, sobre limitación de armas nucleares, existe el riesgo de que la Unión Soviética continúe su carrera de armamento atómico y llegue a superar el potencial de EEUU en un 250%. antes de 1989. La tesis figura en un informe de los servicios de inteligencia norteamericanos, el National Intelligence Estimate, enviado al presidente Jimmy Carter.Los acuerdos SALT II, firmados el pasado verano en Viena entre Carter y Brejnev, ven congelado su proceso de ratificación parlamentaria en EEUU. como réplica a la invasión soviética en Afganistán. Hasta. tal punto que cabe interrogarse si la línea dura del Politburó soviético calculó perfectamente que una intervención militar en un país no alineado y cercano a las riquezas petrolíferas del golfo Pérsico, como es el caso de Afganistán, provocaría un retraso o, incluso, un aplazamiento indefinido de lo dispuesto en los tratados SALT II. De esta forma, el Kremlin contaría con las manos libres de todo compromiso internacional para seguir su camino hacia una supremacía nuclear indiscutible sobre EEUU.

"Equilibrio" nuclear estratégico

Sin el acuerdo SALT II los soviéticos contarán con el 250% más de cabezas nucleares que los norteamericanos hacia finales de la presente década. según el informe. Por el contrario. con la aplicación de los acuerdos SALT II el arsenal nuclear en cabezas nucleares quedaría estabilizado a las actuales cifras de enero de 1980, que dan un potencial de 9.200 para EEUU contra 6.000 para la URSS. El resto del «equilibrio» nuclear estratégico, según fuentes del Departamento de Defensa, es actualmente de 1.054 misiles intercontinentales para EEUU y 1.398 para la URSS; 656 misiles submarinos de EEUU y 950 de la URSS, 348 bombarderos de los primeros y 156 de los segundos.

Las hipótesis de defensa

El informe reaviva el debate entre los miembros del Congreso y del Senado norteamericano sobre la necesidad o no de avanzar en la ratificación de los acuerdos SALT II. Sobre todo porque si Moscú alcanza la cifra de 14.000 cabezas nucleares, siempre según estimaciones de los autores del informe, 11.000 de las mismas podrían ir dirigidas contra los emplazamientos de los nuevos misiles de EEUU, modelo MX, cuyas previsiones de fabricación alcanzan el número de doscientas unidades, cada una equipada con diez cabezas nucleares. Con los acuerdos SALT II en vigor, los expertos militares calculan que la URSS sólo podría dirigir unas 3.000 cabezas nucleares (en vez de las supuestas 11.000) contra los MX instalados en silos ocultos en los desiertos de Utah y Nevada, en Estados Unidos. Resurgen viejas ideas de volver a otros tipos de misiles, más fáciles de transportar en aviones o submarinos, o incluso resucitar los antiguos misiles antibalísticos (ABM), inoperativos desde la aplicación del primer acuerdo SALT, lo que supondría el fin definitivo de toda política entre las superpotencias de limitar su arsenal nuclear. Carter se opone firmemente a tal principio, pero la tónica general entre políticos y militares en Washington parece esgrimir todas las hipótesis de defensa, en estos momentos de clima de guerra fría, con la URSS.

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