El Parlamento portugués ratificó su confianza en Sa Carneiro
La mayoría del Parlamento portugués otorgó ayer al Gobierno Sa Carneiro el voto de confianza solicitado por el primer ministro. después de la aprobación de su programa.El resultado del voto era conocido de antemano, dada la mayoría absoluta de que dispone Alianza Democrática (128 escaños de 250). Y el primer ministro no ha dado una explicación satisfactoria de esta insistencia en exigir la confianza después del rechazo unánime por parte de la mayoría de las mociones opuestas al programa de Gobierno, presentadas por el PS y el PCP.
El jueves, la moción de censura de los socialistas hizo el pleno de los votos de la oposición, reuniendo 120 sufragios (socialistas, comunistas y extrema izquierda) contra 128. En cambio, 72 de los 74 diputados socialistas se abstuvieron de votar la moción de censura de los comunistas, que recogió apenas 48 votos favorables.
El último día de debate, enteramente dominado por las intervenciones del primer ministro y de los dirigentes máximos de todas las formaciones representadas en el Parlamento, Mario Soares puso el acento sobre el peligro de «ruptura institucional» mediante conflicto abierto entre la presidencia de la República, el Gobierno y la mayoría parlamentaria. Alvaro Cunhal -que hizo el jueves una de sus poco frecuentes intervenciones parlamentarias (y anunció ya su renuncia al mandato de diputado para dedicarse a las actividades de su partido)- insistió sobre el mismo tema, pero con palabras mucho más enérgicas.
Para el secretario general del PCP, la revisión de la ley electoral, la institucionalización del referendum y los «propósitos de revisión anticonstitucional de la Constitución» son tres iniciativas destinadas a «subvertir el sistema establecido y a destruir el régimen democrático para dar paso a un nuevo sistema que llevará a la instauración de una nueva dictadura».
Lo más notable del discurso de Sa Carneiro fue el tono muy moderado, pero cargado de ironía, que empleó para dirigirse repetidamente a la oposición, acusándola de ser ella la que pone en duda la solidez del régimen y la capacidad de los órganos de poder, competentes para velar por la constitucionalidad de las iniciativas del Gobierno, que serán siempre refrendadas por el Parlamento.
Sa Carneiro apoyó la actitud de su ministro de Exteriores, el democristiano Freitas do Amaral, en oponerse a la permanencia de María Lurdes Pintassilgo en sus funciones de embajadora de Portugal ante la Unesco, decisión que Mario Soares había criticado como una medida de depuración política.
La prensa de izquierda afirma que esta cuestión irritó profundamente al presidente Eanes.
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