La Junta salvadoreña libera a siete guerrilleros encarcelados

La rápida y pacífica solución al conflicto originado tras la ocupación de la embajada de Panamá en San Salvador por miembros de las Ligas Populares 28 de Febrero supone, paradójicamente, una grave amenaza para la vida del embajador de Suráfrica en este país centroamericano, A. Dunn, en poder de las Fuerzas Populares de Liberación (FBL) desde hace varias semanas. Los dirigentes de dicho grupo armado hicieron saber, en la noche del lunes, que ejecutarían a su rehén si en las horas siguientes no se cumplían sus demandas.Tras la mediación de los embajadores de México y Venezuela en El Salvador, las autoridades de la Junta de Gobierno accedieron a liberar a los siete militantes de las LP-28, cuya excarcelación exigían los ocupantes de la embajada. A las tres de la tarde del lunes, los activistas internados en el penal de Usutlán (150 kilómetros al norte de San Salvador) fueron trasladados a la capital del país. El coronel Majano, miembro de la Junta de Gobierno, explicó que los cargos por los que estaban presos los siete militantes de LP-28 (posesión ilegal de armas y asociación ilícita) «eran de menor importancia».

La liberación de los rehenes de la embajada de Panamá se produjo sin incidentes alrededor de las ocho de la tarde del lunes. Los 53 ocupantes de la sede diplomática y los seis rehenes en su poder (entre ellos los embajadores de Panamá y Costa Rica) fueron conducidos en autobús a la Universidad de San Salvador.