Turquía apoyará cualquier medida de la OTAN contra la URSS

A pesar de su dramática situación económica y de su dependencia de la Unión Soviética para el suministro de crudos, Turquía se ha comprometido a apoyar cualquier medida que la OTAN adopte contra Rusia como consecuencia de la invasión de Afganistán.Las seguridades turcas fueron dadas el jueves al secretario del Foreign Office, lord Carrington. que se encuentra en gira de diez días por los países de la zona, por el primer ministro turco, Suleiman Demirel.

Carrington declaró en Ankara, antes de partir para el sultanato de Omán, próxima etapa de su viaje a cinco países de la zona -Arabía Saudí, Pakistán e India, además de Turquía y Omán-, que había podido comprobar que el Gobierno turco «compartía el mismo punto de vista que el británico» en torno al tema afgano.

Turquía padece en estos momentos una de las crisis políticas y econó icas más agudas de su historia moderna. Prácticamente sin divisas, el Gobierno de Ankara se enfrenta a unos índices de inflación superiores al 80%. El terrorismo está a la orden del día en todo el país y la media de asesinatos políticos es de dos al día. La casi totalidad del país se encuentra bajo la ley marcial, y la pasada semana los generales advirtieron al Gobierno que si los políticos no interrumpían sus querellas personales y se dedicaban a trabajar en serio se verían obligados a intervenir directamente.

La Unión Soviética exporta un millón de toneladas de petróleo al año a la nación turca y no se espera que el acuerdo sea cancelado ante la apremiante necesidad de combustible, que hace, por ejemplo, que la mayoría de los trenes no circulen por falta de diesel.

La solución a los problemas turcos puede encontrarse en el flamante acuerdo de defensa y cooperación firmado el jueves entre Estados Unidos y los representantes del Gobierno de Ankara. Aunque los términos del tratado no serán revelados hasta que se completen todos los protocolos, parece que, a cambio del mantenimiento de las bases de observación americanas, Washington suministrará una sustancial ayuda económica a losturcos.

Entre tanto, el Foreign Office ha anunciado que ha llamado a su embajador en Kabul para celebrar consultas urgentes. Al mismo tiempo ha dado instrucciones al primer secretario de la embajada británica en Afganistán para que no mantenga ningún contacto con los nuevos dirigentes al`ganos. La posición oficial británica por el momento es ignorar al régimen «impuesto por los tanques rusos».

En un principio se había pensado que Inglaterra llamaría también a su embajador en Moscú, pero un portavoz del Foreign Office declaró que el Gobierno consideraba que era más útil su permanencia en la capital soviética, desde donde podría informar directamente del desarrollo de la crisis.

Antes de regresar a Londres, el embajador británico en Kabul, Normal Hillier-Fry, se entrevistará con su jefe, lord Carrington, cuando este último llegue la próxima semana a Pakistán, tras su estancia en Omán y Riyah.