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Situación de paro en las flotas pesqueras de Galicia, Valencia, Murcia, y Tarragona

La amenaza de un nuevo paro de la flota pesquera gallega empezó ayer a ser realidad en el puerto de La Coruña, donde los armadores se niegan a tomar combustible para sus barcos mientras la Administración no les garantice con exactitud los porcentajes de subvención que les aplicará después de la reciente subida del gas-oil. Medidas similares pueden ser tomadas igualmente en Vigo, donde se está discutiendo la situación en asambleas.

Los armadores coruñeses se manifestaron dispuestos a aceptar alguna subida del combustible, pero consideraron que el incremento de cuatro pesetas en litro imposibilita radicalmente su actividad empresarial. Como se sabe, la subvención oficial era, hasta ahora, del 51 %, por lo que los armadores de pesca pagaban el litro de gas-oil a 7,35 pesetas sobre un precio general de quince. Si el Estado continuase sufragando la misma subvención, el nuevo precio para la pesca sería de 9,31 pesetas el litro, cantidad que los armadores de La Coruña están dispuestos a admitir. No así el aumento absoluto de cuatro pesetas ya que, en su opinión, significa «una sentencia definitiva para la flota pesquera».Los armadores gallegos subrayan el hecho de que el combustible representa el segundo lugar de los costos empresariales, después del capítulo de personal. Concretamente, los barcos de pesca con base en La Coruña, que faenan en el Gran Sol, consumen una media anual de 800.000 litros de gas-oil.

Las consecuencias se están dejando sentir en los precios de las lonjas gallegas de manera notable. Al haber descendido sensiblemente las capturas, el precio de la merluza, por ejemplo, en primera venta, se ha incrementado ocho pesetas. Los pescados están desapareciendo estos días de las cartas de los restaurantes medios y el puerto vigués de El Berbes registró, en lo que va de enero, los tonelajes más bajos en capturas desde hace varios años. La mayor parte de la flota viguesa de la Asociación Nacional de Armadores Merluceros, 42 arrastreros congeladores, que faenan en Namibia, estaba ya en paro desde principios de diciembre para protestar por el estancamiento de los precios de merluza congelada desde 1977.

La Asociación Gallega de Armadores de Buques de pesca de Bacalao (Agarba) ha decidido amarrar su flota y no abonar el nuevo precio del carburante, por considerar que sus empresas no están en situación económica de absorber la subida. La flota bacaladera gallega la componen 44 embarcaciones y 1.250 trabajadores.

Paro en Valencia y Murcia

Las diferentes flotas pesqueras de los puertos valencianos y de Murcia continúan en paro, desde el pasado lunes, en protesta por los problemas existentes con las subvenciones del gas-oil.El paro afecta a las embarcaciones de arrastre, así como a las de artes menores.

En las provincias de Valencia, Castellón y Alicante, en cifras globales, las embarcaciones afectadas por el paro se aproximan a dos centenares y afecta a unos 6.000 pescadores y armadores.

En cuanto a la provincia de Murcia, el paro se cifra en unas cien embarcaciones.

También en Tarragona

Los pescadores de la costa tarraconense han vuelto de nuevo a la huelga en señal de protesta por el aumento del precio del gas-oil, después de que, tras unas gestiones llevadas a cabo con la Administración, se les asegurase que no les sería aplicado el aumento.Según un portavoz de los pescadores, la Dirección General de Pesca atendió las peticiones, tras lo cual decidieron volver al trabajo tras el paro del pasado martes.

No obstante, ayer mañana, al ir a cargar sus depósitos, CAMPSA les ha comunicado qne desconocía tales acuerdos. Ante esta situación, una representación de la Cofradía de Pescadores se ha trasladado de nuevo a Madrid para aclarar la situación.

La huelga afecta a unos 1.500 pescadores de las poblaciones de San Carlos de la Rápita, AmetIla de Mar, Cambrils, Tarragona, Torredembarra y Calafell.

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