Entrevista con Santiago Carrillo
«( ... ) Pregunta. En estos días debe decidirse si CCOO suscribe o no el acuerdo-marco. ¿Cuál cree usted que será la decisión?Respuesta. Bueno, ese es un tema de CCOO, y ellos tomarán las posiciones que consideren necesarias. Yo creo que tienen instrumentos muy claros para explicar su posición, porque me parece que el problema esencial en el acuerdo-marco no es la banda salarial, sino otras estipulaciones que,admiten que, por ejemplo, en las empresas que tienen déficit contable no se aplique ese baremo de alza de salarios, y cualquier empresa puede organizarse un déficit contable -ya sabemos lo que es la contabilidad en las empresas- para no aplicar la subida. En esos puntos que hasta ahora ha rechazado CCOO hay otros aspectos muy importantes; por ejemplo, un compromiso de aumento de la productividad y liquidación del absentismo, que CCOO considera que se debe negociar teniendo en cuenta la situación real de cada empresa, y no a nivel general. Se intenta vender un estatuto y un acuerdo-marco que no son favorables a los trabajadores. ( ... )
P. ¿Puede romperse la negociación? De ser así, 1980 sería un año laboralmente muy conflictivo.
R. Creo que hay que discutir hasta el fin para llegar a un acuerdo y evitar que se rompa la negociación, cosa que ocurrirá si sólo lo firman la CEOE y la UGT. En ese caso, el acuerdo resultante no podrán hacerlo suyo los trabajadores, aunque lo defiendan UCD y PSOE; los sindicatos que lo han negociado no son representativos, sino, minoritarios, y eso puede provocar conflictos que nosotros, a pesar de lo que se ha dicho, no tenemos ningún interés en provocar, pero que vendrán solos, porque la llamada «paz social» no puede imponerse por decreto, sino con el apoyo del pueblo. ( ... )
P. Con este panorama, ¿qué cree que ocurrirá en las elecciones de 1983?
R. Mucha gente no se preocupa más que de las elecciones, y eso es lo malo. La verdad es que el único partido que cuando las anteriores elecciones dijo que no debería haberlas porque sería perder un año cara a resolver problemas urgentes, fue el nuestro, y ahora decimos que los partidos que sólo se están preocupando desde ya de las elecciones de 1983 hacen un flaco servicio al país. Hay que preocuparse de los problemas que tiene el país ahora, y cuando lleguen las elecciones Dios reconocerá a los suyos. Desgraciadamente, en la política española actual hay demasiado electoralismo, y así nos va.(...)»
, 4 de enero
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