El fin de la esperanza
«(...) Por primera vez, Estados Unidos emplea una nueva arma en su confrontación con la Unión Soviética: la de un embargo parcial, pero importante, sobre las ventas de trigo americano a Moscú.La decisión de Carter priva a la Unión Soviética de diecisiete millones de toneladas con las que, contaba para superar el déficit en cereales, debido a una cosecha particularmente mediocre. Podemos interrogarnos sobre la oportunidad de esta medida, que va a sancionar a los consumidores civiles soviéticos ( ... ), pero que no frenará la ofensiva del Ejército Rojo en Afganistán. ( ... ) ¿La reacción de Washington ha sido excesiva comparada con la moderación de Estados Unidos con respecto a Irán y a su prudencia en el pasado con Moscú? Algunos lo afirman.
El conflicto de Teherán no es de la misma naturaleza que el de Kabul. En el primero, los americanos se enfrentan a una revuelta popular. que reviste algunos aspectos inadmisibles, pero que tiene su raíz en un pasado reciente, en el que las responsabilidades americanas son graves. Nada de esto puede aplicarse a la invasión de Afganistán, que constituye un golpe bajo inflingido a la distensión y una violación de las reglas no escritas seguidas por los dos grandes desde la guerra. ( ... )
Una cosa es clara: las relaciones americano-soviéticas, que han conocido altibajos desde hace muchos años, no cesan de deteriorarse. ( ... ) La reacción del viernes confirma el fin oficial de la dístensión, al mismo tiempo que la anulación de los resultados laboriosamente adquiridos hace apenas seis meses en la cumbre Brejrlev-Carter de Viena. ( ... )».
, 7 de enero
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