Jomeini se niega a recibir a Kurt Waldheim
El secretario general de la ONU, Kurt Waldheim, a pesar del fallido complot contra su vida, visitó ayer dos lugares relacionados con las víctimas del antiguo régimen iraní y se entrevistó de nuevo con el ministro de Asuntos Exteriores, pero el ayatollah Jomeini se negó definitivamente a recibirlo.Ante el complot contra su vida, todos los actos del funcionario internacional serán anunciados, a partir de ahora, con unas horas de antelación.
Los ataques contra la visita de Waldheim han disminuido en la prensa de Teherán: ya no se ven fotos de sus anteriores relaciones con el sha y, en general, se observa una atmósfera más distendida.
Tras su entrevista de tres horas con el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Sadegh Ghotbzadeh, Waldheim declaró que había hecho «ciertos progresos», pero añadió: «No creo conveniente dar detalles por ahora.»
Esta actitud se inserta, en la filosofía de las «negociaciones en silencio», de la que Waldheim es ferviente partidario, y en la que se busca no extenderse en público sobre los problemas delicados.
El secretario general de las Naciones Unidas visitó ayer por la mañana el cementerio de Teherán, Behest Zahira, donde están enterradas las víctimas de la revolución de febrero que derrocó al sha. Sin embargo, no descendió del vehículo en que viajaba, ante la actitud de unas quinientas personas, que rodearon su coche gritando consignas contra Estados Unidos.
Posteriormente, acudió a un antiguo club de oficiales transformado en hospital para las víctimas de la policía secreta del sha (Savak), acto que fue suspendido el miércoles al descubrirse un complot para asesinar a Waldheim y a «muchos oficiales y gente desarmada e indefensa en una operación armada». Los Guardias de la Revolución informaron ayer que algunas personas han sido detenidas en relación con la operación.
Al dirigirse a los trescientos hombres y mujeres allí hospitalizados, Waldheim les dijo: «Siento mucho que el antiguo régimen les haya puesto en esta situación. Quiero decirles que estoy impresionado con lo que veo aquí.»
En ese momento se le acercó un hombre con un niño de tres años cuyos brazos, según dijo, fueron amputados por la Savak para extraer una confesión al padre. El secretario general de la ONU le tomó en brazos, pero el niño se puso a llorar y se lo devolvió al hombre. «Les aseguro que este mensaje de sufrimiento llegará a las Naciones Unidas. Haremos lo que podamos, se lo aseguro», les dijo.
El portavoz de Waldheim, preguntado si se abrirá una investigación sobre las supuestas crueldades del régimen del sha, respondió: «El secretario general prometió que el mensaje llegará a la ONU.»
Por otra parte, varios miles de personas se manifestaron ayer en Teherán en favor de la unidad del Islam y se congregaron frente a la embajada de Estados Unidos, punto final ya habitual de las concentraciones en la capital iraní.
A los gritos de Muera Carter, Muera el sha se unieron ayer los de Unidad del mundo islámico y Muera la URSS, en referencia a la intervención de soldados soviéticos en ese país asiático.
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