Por temor a Jomeini

«¿Por qué la Unión Soviética habría de querer derrocar a un régimen amigo? ¿Por qué Moscú ha de preferir el régimen de Babrak Karmal al de Hafizullah Amin en el Afganistán? ¿Por qué el comunismo puro y duro de su antecesor debe anteponer la línea contemporizadora y filoislámica del actual dictador de Kabul?Por temor a Jomeini.

El régimen depuesto era cornunista, laico, modernista y nacionalista. Además de todo lo anterior, pero sólo luego, era pro soviético. Sus sucesores son pro soviéticos, temerosos, si no partidarios, del Islam, modernistas sin pasión y, sólo luego, comunistas.

La URSS quiere que Jomeini siga existiendo en la medida en que le cree problemas incesantes a EEUU en ese Imperio austro-húngaro de las nacionalidades que está demostrando ser la derrocada monarquía iraní. Pero no hasta el punto de que esos problemas se los cree el propio Kremlin, que tiene una minoría de más de cincuenta millones de musulrnanes en sus fronteras meridionales asiáticas. Para eso es preciso que no se vea la mano soviética. apoyando a un régimen cuya razón de ser es combatir una rebelión islámica que recibe fervoroso apoyo de los chiitas (...).

El Irán de Jomeini es, en último término, tanto o más anticomunista que el régimen del sha, pero Moscú no tiene ninguna prisa en hacer que los hechos obliguen a Teherán a arse cuenta y, mientras así ruedan las cosas, el asunto de los rehenes norteamericanos sirve para ir despistando; para presentar a Washington como el enemigo fundamental de los integristas iraníes (...).

Después del disgusto que se llevó el Kremlin con China. que, precisamente por demasiado comunista, ha acabado en rival y enemigo, la URSS está más interesada en aliados que en conversos. Conversos, si a mano viene, que lo sean a la fe de Jomeini.»

29 de diciembre