Villanueva de Chauces, la propiedad de un marquesado
Quedan setenta vecinos que se agrupan en cuatro filas de casas blancas adosadas en tres filas en la cima de una colina. El pueblo, Villanueva de Chauces, está presidido por lo que en su tiempo fue escuela y después cuartel de la Guardia Civil en una de las esquinas y la iglesia, en el, lado opuesto. Situado a diecisiete kilómetros de Antequera y a una treintena de Málaga, casi todo lo que allí hay y lo que se ve en los alrededores es «de la señora marquesa», de la marquesa de Chauces.El pueblo no cuenta con los servicios de un médico -«tenemos que trasladarnos a Antequera o a Málaga... vamos casi siempre a Antequera... queda más cerca»- tampoco tiene Ayuntamiento y los productos farmacéuticos también los traen dé pueblos vecinos.
Los niños tienen la escuela más próxima en Casas Bermejas. «Todos los días por la mañana los recoge un autobús -dice la dueña de la única cantina que hay allí y los lleva al colegio..., por la tarde el mismo autocar los vuelve a traer. » Los mayores, aptos para el campo, trabajan; algunos, Ios más afortunados, están internos en Antequera.
La marquesa de Chauces extiende sus propiedades por una extensión aproximada de medio millar de hectáreas. Los trabajadores de Villanueva de Chauces tienen, en su mayor parte, alquiladas algunas parcelas, donde cultivan trigo, cebada, garbanzos y habas, entre otros productos. Sólo unos pocos -que se retiran desconfiados cuando. oyen hablar de los predios de la «señora marquesa»- están al servicio directo de la propiedad. Las casas del pueblo también pertenecen a la finca.
En Villanueva de Chauces son tres los trabajadores en paro. Sus compañeros de infortunio cerraron las casas y emigraron a Málaga o Barcelona. Encuentran en la caza un medio esporádico de subsistencia. «Todo es de la marquesa, pero nosotros cogemos la escopeta y vamos a cazar conejos», asegura un joven que no sobrepasa los veinte años. No disponen de licencia de caza, pero eso tampoco les importa mucho. «Cuando vemos algo raro nos retiramos. El mejor papel son los pies.» La caza menor, la del conejo de forma especial, se convierte así, en Villanueva de Chauces, en un bocado fresco.
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