Washington estudia los efectos en el golfo Pérsico de un bloqueo naval de Irán
La inestabilidad política y militar en el golfo Pérsico y las perspectivas de un bloqueo naval norteamericano de Irán han centrado la atención en el control del estrecho de Ormuz, la vía de agua que conecta los puertos petrolíferos del golfo con el océano Indico y las rutas de navegación hacia Europa, Norteamérica y Japón, verdadera llave estratégica de la zona.El fantasma de una «guerra del petróleo» añade una dimensión global a un eventual conflicto en el golfo. En unas declaraciones a un semanario económico alemán. el canciller Helmut Schmidt no descarta intervenciones militares occidentales para asegurarse el abastecimiento de crudos, aunque asegura que la República Federal de Alemania se mantendría al margen del enfrentamiento.
Los expertos norteamericanos han comenzado a evaluar urgentemente las implicaciones de un bloqueo iraní si Teherán lleva adelante el juicio de los rehenes estadounidenses. La situación en el golfo Pérsico, la península Arábiga y los países de la zona ha llegado a un punto difícilmente controlable por Washington si se decide a intervenir militarmente.
Para expertos del Pentágono y la OTAN citados ayer por el diario The New Yor Times, un bloqueo naval tendría un efecto favorable para los intereses estadounidenses en Arabla Saudí, Qatar. Bahrein, Ornán y los Erniratos Arabes Unidos, regímenes todos ellos moderados, pero catastróficos en Irak y los dos Yemen.
En Europa, sólo Bonn y París parecen decididos a secundar semejante operación de la Casa Blanca.
La estabilidad de Arabia Saudí y la libre circulación por el estrecho de Ormuz se han convertido en los dos pilares de la política norteamericana en el golfo Pérsico. Estados Unidos cuenta con un régimen aliado en Omán, que guarda el sur de la vía de agua y tiene un contingente de tropas y aviones de reconocimiento en Jassab, el punto más angosto de la entrada al golfo.
Washington desmintió ayer que una delegación norteamericana que visita la región tenga por misión la búsqueda de emplazamientos para bases militares en Omán y Arabia Saudí. Los diarios de la capital estadounidense Washington Post y Washington Star afirmaban que el Pentágono quiere bases de operaciones inmediatas en territorio saudí.
Desde el punto de vista del alto mando estadounidense. el deterioro de la situación en Oriente Próximo se debe fundamentalmente a tres factores: la creciente presencia soviética en Afganistán. la inestabilidad interna de Arabia Saudí y las «ambiciones» iraquíes en el golfo.
Moscú ha desplegado un batallón de infantería regular en Kabul, un mínimo de 5.000 hombres, ha firmado un acuerdo militar con el régimen afgano y construye aeródromos al norte de la capital.
Los recientes disturbios de La Meca y la aparición de un fundamentalismo islámico contrario a la dinastía reinante en Arabia Saudí son motivos de seria preocupación en Washington. En Riad proliferan los panfletos contra la familia real, y según el Washington Star, el asalto a La Meca, que coincidió con otros disturbios menos relevantes en diferentes zonas del país, no fue sino un intento de derrocar al rey Jaled. Riad es el elemento político moderador por excelencia en la zona.
El papel iraquí es el tercer elemento desestabilizador desde la óptica estadounidense. La disolución de las fuerzas armadas regulares iraquíes y la dudosa lealtad a Jomeini de los guardianes de la región fronteriza habrian mejorado las posibilidades iraquíes de invadir los yacimientos de petróleo del suroeste iraní, en el Juzestán.
En este contexto, Washington intenta urgentemente reforzar su presencia militar en el océano Indico y en el mar de Arabia, mediante bases o puertos de abastecimiento. El presidente Carter y sus jefes militares conflan en conseguir facilidades en Berbera (Somalia), Mombasa (Kenia) y la isla de Masira (Omán). Las circunstancias desaconsejan la construcción de un gran trampolín en Arabia Saudí, pero fuentes norteamericanas consideran posible que la base aeronaval que interesa al Pentágono tuviera pabellón saudí, aunque fuera utilizada, en una eventual contingencia contra Irán. por los cazabombarderos de la USAF y sus flotas de choque.
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