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España eliminará restricciones cuando se inicien las negociaciones sobre Gibraltar

El ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, afirmó ayer, ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, que España está dispuesta a estudiar la eliminación de las restricciones ¡m puestas a Gibraltar en cuanto se aprecie la voluntad de negociar la soberanía de la Roca por parte del Gobierno británico.

El ministro español insistió en que el momento actual es propicio para el comienzo de negociaciones entre España y Gran Bretaña, de acuerdo con las recomendaciones de las Naciones Unidas, y en busca de soluciones que tengan en cuenta la personalidad de la población gibraltareña, la situación económica y cultural del territorio y la base militar británica existente en la zona. El ministro, que no excluye que España pueda presentar la cuestión gibraltareña ante el Tribunal de La Haya y que se negó a responder a la pregunta de si el Gobierno de Madrid incluiría el tema de Gibraltar en la próxima fase de la Conferencia Europea de Cooperación y Seguridad que se celebrará en la capital española, señaló que es intención de la Administración española asegurar a los gibraltareños una máxima autonomía, con doble nacionalidad, con ventajas de franquicia y colaboración administrativa, y todo ello podría ser combinado con una gestión conjunta de la base militar, una vez que se reconocieran unos plazos para la transferencia definitiva a España de la soberanía de la Roca. La Comisión de Relaciones Exteriores del Senado siguió ayer con interés una importante declaración del ministro de Asuntos Exteriores en torno al tema de Gibraltar. El ministro presentó desde los ángulos jurídico, histórico y político la situación actual del problema gibraltareño, que lo definió de la siguiente manera: «Gibraltar es una base militar impuesta al pueblo español en contra de su voluntad y que constituye un riesgo para los habitantes de España; es una colonia de la corona británica establecida por la fuerza contra los principios de las resoluciones de las Naciones Unidas, asimismo contra las disposiciones del Acta de Helsinki, y Gibraltar es un anacronismo injustificable en un tiempo de liquidación de los imperios coloniales, que impide el desarrollo de unas relaciones normales y a pleno rendimiento entre España y Gran Bretaña.»

El ministro, que no ha dejado de insistir en que el momento es oportuno para abrir la negociación (ha recordado que lord Carrington es un hombre dispuesto a la negociación, como lo ha demostrado con Rodesia. donde la corona británica hizo serias concesiones) y que espera que, a partir de primeros del año próximo, se pueda vislumbrar el principio de negociación, ha recordado en una larga disertación la situación de Gibraltar.

En relación con sus aspectos jurídicos, el señor Oreja insistió en que el Reino Unido no está en Gibraltar apoyándose en un derecho de conquista, sino en el artículo 10 del Tratado de Utrecht de 1713, en el que se contienen las condiciones y limitaciones de la cesión del territorio español a la corona británica (y no a los gibraltareños: por ello esta población no tiene derechos de negociación). Entre las limitaciones, el ministro citó las territoriales, puesto que España sólo cedió la ciudad, el castillo, el puerto y las fortalezas y nunca el istmo, apropiado por Gran Bretaña. Se añade en el tratado que Gran Bretaña no tiene jurisdicción territorial alguna y se especifica que se prohibía toda comunicación por tierra entre la plaza y el territorio vecino. Asimismo, se impedía la presencia de ciertas poblaciones hostiles a España, por razones militares, ni se permitía al Gobierno de Londres hacer cualquier concesión sobre el territorio, lo que implicaba, incluso, el proponer la independencia del mismo, como se ha pretendido por Gran Bretaña, provocando un referéndum años atrás, que fue descalificado por las Naciones Unidas.

"No se puede forzar el tema"

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El ministro Oreja recordó que en la actualidad no se puede forzar el tema gibraltareño en razón de la candidatura de España a la CEE, y tampoco con relación al capítulo de la libre circulación de ideas y personas del Acta de Helsinki. Sobre ambos temas, el ministro escogió argumentos jurídicos para justificar ambos problemas, que son reales, como los apartados del Tratado de Roma, en los que se dice que a cada país le toca imponer las modalidades de circulación de individuos y mercancías, y algo así hizo con respecto al documento de la Conferencia de Seguridad. El ministro vino a decir que no se impide la entrada en España a gibraltareños ni a sus mercancías, sino que se les prohibe hacerlo a través de la frontera terrestre, en aplicación del estricto articulo décimo del Tratado de Utrech, añadiría el ministro, quien recordó que los otros puertos y fronteras españolas se ofrecen al pueblo gibraltareño. Sobre el tema de las restricciones, el señor Oreja diría que fueron impuestas por España cuando Gran Bretaña intentó declarar su soberanía sobre el Istmo en 1969. cosa que fue rechazada por España y está pendiente siempre de rectificación británica en cumplimiento del tratado.

Respuestas a los parlamentarios

En el cursó de la sesión, numerosos parlamentarios hicieron uso de la palabra. Fernando Morán y Fernando Baeza, ambos del PSOE, se interrogaron sobre el tema de la base militar, sus implicaciones estratégicas y su oportunidad de integrarla en la OTAN, por si ello era intención del Gobierno. El ministro dijo que el tema de Gibraltar, la CEE y la OTAN son perspectivas distintas, con calendarios independientes. Añadió que España vería con buenos ojos una solución de base conjunta bilateral hispano-británica más que la solución atlántica, sobre la que no se quiso pronunciar.

En respuesta al senador López Henares, de UCD, el ministro eludió el comprometerse a decir si España llevaría la cuestión gibraltareña a la Conferencia de Seguridad de Madrid. No eludió de manera definitiva el tema del Tribunal de La Haya, aunque declaró su desconfianza sobre este procedimiento.

El senador Azcárate interrogó al señor Oreja sobre si Gran Bretaña cambió su actitud frente a España con la llegada de la democracia. Oreja respondió que, aunque no hay negociaciones, sí existe ahora un diálogo que en algunos casos fue iniciativa británica, resaltó que los gibraltareños han participado en la delegación británica en estas conversaciones y declaró su esperanza de que llegue pronto la negociación.

En respuesta al senador Jáuregui, el ministro no consideró oportuna la idea de suprimir las restricciones a la Roca para facilitar la negociación. y argumentó que durante muchos años no existieron dichas restricciones, y ello no sirvió para nada. como buenas las sugerencias del senador Cucó de mejorar las emisiones de radio y televisión, incluyendo temas gibraltareños, y de facilitar acciones culturales conjuntas hispano-gibraltareñas, y, por último, recordó que la situación política española, con las facilidades autonómicas que ofrecen la Constitución y la democracia vigentes, constituye un ambiente oportuno para la conclusión del conflicto de Gibraltar, teniendo en cuenta los intereses del pueblo gibraltareño.

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