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Reportaje:

"El centro urbano debe recuperarse para la política y la cultura"

Entrevista con el especialista en arte Giulio Carlo Argan

«La recuperación del centro de las grandes ciudades de nuestra época industrial sólo es posible si se asigna a los núcleos urbanos antiguos unas funciones políticas y culturales.» Esta sería la solución, según Giulio Carlo Argan, historiador del arte y ex alcalde de Roma, que podría terminar con el grave deterioro que sufren determinadas zonas de algunas ciudades, debido fundamentalmente a la especulación del suelo y a la falta de una estructuración correcta del espacio urbano.

Giulio Carlo Argan, que inauguró el miércoles pasado las actividades culturales del Museo del Prado con una conferencia sobre La ciudad antigua y moderna, se encuentra en Madrid negociando con las autoridades del Ministerio de Cultura un intercambio de obras de Goya que serían expuestas, respectivamente, en Roma y Madrid, en los próximos meses. Concretamente en Madrid se expondría un cuadro dedicado al duque de la Paz, en el que aparecen 18 figuras, incluido un autorretrato del propio Goya, que nunca se ha exhibido en ningún otro país y que pertenece a una colección particular italiana. Por el contrario, varios cuadros de Goya que figuran en el Museo del Prado serían expuestos en Roma. «La historia del arte es también la historia de la ciudad. Por eso me ocupo», declaró a EL PAIS el profesor Argan, «del estudio de la estrecha relación que existe entre el arte y la ciudad. Y se da la circunstancia de que en estos momentos la relación entre arte y ciudad está gravemente compro metida. Aunque nos damos cuenta que no existen contradicciones entre la arquitectura de períodos históricos pasados, observamos, por el contrario, que existe una clara incompatibilidad entre la arquitectura del pasado y las formas de la construcción moderna.»

«Estoy convencido», añade el profesor Argan, «que la dificultad de la relación entre ciudad antigua y moderna no va a resolverse por una mera trasposición de estilos, sino básicamente a través de un cambio profundo del concepto de espacio urbano. Para el ex alcalde de Roma (1976-1979), la causa de todas las dificultades urbanísticas actuales reside en las especulaciones a que se encuentra sometido el suelo urbano. «Estas especulaciones determinan una utilización intensiva del espacio urbano, que impiden cualquier planteamiento social del concepto de suelo. Mientras que en todos los campos actuales de la cultura, desde las ciencias hasta las artes visuales, se tiende a dar al espacio un valor infinito; en la ciudad, por el contrario, se le da al espacio un uso más «avaro» y restrictivo. Mantengo que los problemas de la ciudad moderna, incluso los estéticos, no se podrán resolver si no es a través de una disponibilidad y de un uso social del suelo urbano, lo que pone de manifiesto otro problema de fondo: que el interés público debe prevalecer sobre el interés privado».

Crisis de la ciudad y del arte

El profesor Argan, que cree que la crisis del arte es la crisis de la ciudad, asegura que la recuperación del centro urbano, que suele coincidir con la ciudad antigua, sólo puede hacerse dotando a éste de una función esencialmente política y cultural. «Habría que reclamar para el centro la sede de los grandes grupos polí.ticos y magisteriales y, por otra parte, habría que dar mayor inspiración a los centros de formación universitaria, bibliotecas, archivos. Naturalmente habría que preservar al centro del tráfico automovilístico, que destruye los viejos trazados urbanos y produce una polución atmosférica tal que no sólo daña los tejidos vitales de las personas, sino que también modifica materialmente las piedras de los edificios expuestas al exterior.»La ciudad no sólo es el centro, la ciudad es, además, la periferia y en ella se producen también manifestaciones artísticas directamente entroncadas con la arquitectura. «Naturalmente», explica Glulio Carlo Argan, «y ahí están Bernini, Gaudí o Villanueva para demostrarlo. Para encontrar una solución satisfactoria en la relación barrios periféricos-nueva arquitectura han de respetarse, a mi juicio, dos principios: 1) que las extensiones modernas no destruyan las ciudades antiguas, y 2) que la organización del espacio de las partes modernas no sea tal que impida encontrar soluciones artísticas. Lo moderno debe incluir también soluciones de valor estético. Y no podemos olvidar que no existe contradicción entre el carácter artístico y la función práctica de la ciudad. La concepción del espacio que permite al artista moderno desarrollar su obra creativa debe pasar por la resolución de los problemas prácticos de la ciudad.»

Para el profesor Argan, autor, entre otros, de los libros El arte moderno (1790-1970) y El pasado en el presente, Revival en las artes plásticas (arquitectura, cine y teatro), «en la restauración de los edificios deleentro urbano lo importante es que se emprenda esta tarea con criterios científicos, pensando siempre no tanto en su fachada, sino, sobre todo, en su estructura original, más las modificaciones coherentes que se hayan introducido a través del tiempo».

«Los problemas reales de la ciudad», concluye Giulio Carlo Argan, «deben ser afrontados directamente por todas las fuerzas políticas, a Fin de conseguir que la ciudad moderna tenga un desarrollo moderno que no contradiga ni el significado cultural de la parte antigua ni las exigencias de la vida moderna, que son exigencias de todos los ciudadanos, y no sólo de algunos privilegiados.»

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