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Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
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Greguería y "smog"

Insisto sobre el tema del smog, ya que el smog insiste, persiste y se viste, como la luna dorsiana, por ver si mediante los cohetes de las greguerías despejamos un poco el cielo de Madrid, que cuando Abril no suelta un duro, Tierno, jefe, hay que soltar la imaginación y la cabeza, a ver si se la lleva, flotante, el smog.Dice este periódico -nada alarmista- que el smog ha matado ya -o ayudado a morir- a setecientos madrileños. El Napoleón de los bronquíticos -bajito y afrancesa_ do como Napoleón-, o sea Alfonso Sánchez, está mejor que nunca, sin embargo, y hasta oye un poco (sin pasarse, claro).

El smog es como si saliera todo él de la chimenea de las Cortes, de la chimenea que las Cortes no tienen, me parece.

El smog es el medio natural de los políticos cabezorros y jurislegalistas, que como siempre marchan cabizbajos, apenas rozan con su pelo a navaja el artesonado barroco y podrido del smog.

El smog hace un Madrid de techo bajo y conspiratorio, y es como si todos estuviéramos otra vez metidos en las cuevas de Sésamo -años cuarenta-, hablando mal de Franco y esperando un enchufe franquista. (Que es como en realidad estamos, sólo que habiendo perdido el piano de Sésamo, tan lírico como el de Casablanca.)

El smog es un vapor de imaginación turbia: lo que se les ocurre a los memoriones de la Moncloa cuando no se les ocurre nada.

El smog es la fumatta nera de la Permanente del Episcopado, por la que sabemos que el Espíritu Santo aún no ha volado del Arca de Noé para traernos en el pico el perejil del divorcio. (Lo primero que aprende el divorciado es que siempre hay que comprar perejil y que antes -ay- lo compraba ella.)

El smog es el franquismo resir dual/creciente y por culpa del smog no se ve la democracia a dos pasos de distancia. .

El smog es la prosa,de Vizcaíno-Casas, pero con mejor sintaxis.

El smog es un humo por el que no se sabe dónde está el fuego ni dónde están los incendiarios de la democracia (aunque se supone).

El smog es un incendio inmóvil en el que todos hacemos nuestra vida diaria mientras nos arden los muebles y los pulmones.

El smog es El humo dormido de Gabriel Miró interpretado por un crítico sin sensibilidad para Miró. Cualquier humareda lírica seconvierte en smog impreso mediante la resefia del crítico.

Con smog, todos los gatos políticos son pardos, menos el mío, que está más rubio que nunca e ilumina el hogar como una lámpara.

Climatológicamente, esto es un nazismo que nos pone a todos en el alma la camisa parda del smog.

El smog lo hacen en el INI para que no advirtamos que el cielo azul de Madrid lo han evadido a un Banco suizo.

Ese espacio político que había entre ucedistas y socialistas, lo ha llenado, no Paco Ordóñez, sino el partido asambleario, demagógico, confusionario y letal del smog.

Barcelona y Bilbao, las dos grandes capitales del descentralismo, también tienen smog. Meteorológicamente -ay- seguimos siendo una unidad de destino en lo multinacional.

El smog es otra vez el sindicalismo vertical que vuelve, ahora en plan horizontal.

El smog es ilegible como un suplemento literario.

El smog es la televisión de las estatuas públicas.

El smog tiene muy irritados y de gafas negras los ojos claros, serenos y políticos de Carmen Díez de Rivera.

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