Irán acude a los tribunales londinenses para descongelar sus fondos en bancos norteamericanos
El Gobierno iraní, en respuesta a las medidas adoptadas por la banca norteamericana y ante la congelación de sus fondos en bancos estadounidenses, decidida por el presidente Carter, inició ayer en Londres varias acciones legales simultáneas para descongelar sus activos en las sucursales europeas de los bancos estadounidenses. Al mismo tiempo, el Gobierno federal de Bonn hacía público un comunicado muy medido, en el que trataba de apagar las criticas surgidas en torno al embargo judicial, propiciado por el Morgan Guaranty Trust Co., de las propiedades iraníes en dos empresas alemanas.
La acción del Gobierno iraní en la capital londinense tenía todos los visos de prosperar, según in formaban ayer fuentes de la City. En principio, varias filiales de bancos norteamericanos en Londres habrían recibido ayer, según algunas fuentes, sendos mandamientos judiciales ordenando la descongelación de los fondos iraníes. Uno de los bancos afectados sería el Chase Manhattan Bank, aunque los mandamientos judiciales habrían llegado así mismo a manos de los responsables del Morgan Guaranty. La serie de acciones legales iniciadas por el lado privado norteamericano y por parte del Gobierno de Teherán contribuyeron ayer a incrementar la incertidumbre existente en medios financieros en torno al impacto sobre el sistema financiero mundial del enfrentamiento político-jurídico entre Estados Unidos e Irán.Ayer, y según informa nuestro corresponsal en Bonn, Julio Sierra, el Gobierno federal alemán hizo pública una declaración sobre la polémica levantada por la acción del Morgan en los tribunales alemanes. La declaración reconocía que «se trata de un problema con base real, perfectamente delimitado legal y cuantitativamente».
La posición alemana
Sin embargo, dos ministros del Gobierno federal, los titulares de Finanzas y Economía, Matthoefer y Lambsdorff, respectivamente, no ocultaron su malestar. El primero calificó de «paso apresurado» de los norteamericanos esta medida de la banca Morgan. El segundo aseguró que el titular de Asuntos Exteriores, Hans Dietrich Enscher, comunicó a Teherán, vía diplomática, que el problema escapa de la competencia del Gobierno federal, aunque lamenta la decisión norteamericana.
El propio Gobierno de Bonn ha dejado bien claro que la intervención de la casa Morgan era plenamente desconocida para Bonn, contrariamente a lo que indicaban otras noticias con origen en Estados Unidos. El problema legal del asunto ha convertido en figura a la señora Kraushold, juez de Essen, quien ha sido la magistrado que no ha tenido más remedio que reconocer la legitimidad de la intervención de la banca Morgan. Según la ley alemana, un acreedor extranjero puede hacer valer sus derechos en la RFA cuando el deudor no reside en este país y, en consecuencia, puede solicitar la «congelación» de los fondos o acciones de éste mientras no salde su deuda.
El ministro Matthoefer ha asegurado que el Estado iraní ha abonado efectivamente a la banca Morgan los cuarenta millones de dólares que aquél adeuda a ésta en concepto de intereses por préstamos, sólo que el trámite no ha concluido aún por parte de los bancos alemanes que tienen que ver en la operación.
Por su parte, las dos empresas afectadas, Krupp y Babcock, han lamentado que se haya producido esta situación precisamente cuando. sus proyectos y negocios con Irán empezaban a normalizarse.
Varios bancos europeos y japoneses, y entre los primeros varios alemanes, han recibido un telegrama de la dirección del Chase Manhattan Bank en el que se les convoca a una reunión con el fin de establecer la postura de éstos respecto de los fondos persas depositados en ellos. Por su parte, los bancos alemanes calculan que el fondo sometido a riesgo puede alcanzar en total a unos 525 millones de marcos.
Miller, se defiende
Por otra parte, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, William Miller, defendió, en una conferencia de prensa celebrada el jueves en la capital británica, la decisión tomada por el presidente Carter de congelar los activos iraníes en bancos estadounidenses como un medio para presionar al Gobierno de Teherán en torno al problema de los rehenes en la representación diplomática de Washington.William Miller, quien se dirigía a su país desde Arabia Saudí, sugirió que ninguno de los aliados de Estados Unidos ayude a Irán a resistir la decisión tomada por Washington.
Sin embargo, los observadores londinenses coinciden en señalar que estos conceptos del secretario del Tesoro estaban lejos de ser una realidad. Según ellos existen evidentes signos de desacuerdo entre la banca y Gobiernos europeos y las autoridades de Washington sobre la congelación de activos iraníes fuera de las fronteras de Estados Unidos.
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