Consejero de Carter, investigado por consumo de cocaína
El Departamento de Justicia norteamericano nombró ayer un fiscal especial para investigar las acusaciones de que Hamilton Jordan, jefe del Gabinete de la Casa Blanca y amigo personal del presidente Carter, inhaló cocaína en una discoteca de Nueva York.Un equipo de tres jueces federales, siguiendo las recomendaciones del ministro de Justicia, Benjamín Civiletti, escogió a Arthur Christy, un abogado neoyorquino, para que dirija la encuesta. Una ley pos-Watergate, que vela por la ética de los funcionarios gubernamentales, prevé este tipo denombramientos de fiscales especiales, cuando existan alegaciones sobre posibles delitos cometidos por altos funcionarios.
La recomendación hecha por elministro de Justicia hace referencia únicamente a las acusaciones de que Jordan consumió cocaína en la discoteca Studio 54, de Nueva York, en junio de 1978. Civiletti desestimó otras tres acusaciones contra el consejero presidencial por idéntico motivo, señalando que eran «frívolas y sin consistencia».
El ministro de Justicia indicó que Hamilton Jordan no debe dimitir de su puesto, y que el hecho de que se abra una investigación no debe interferirse en sus tareas en la Casa Blanca. El ayudante presidencial ya fue investigado este verano por la policía federal; pero, al parecer, todavía existen puntos oscuros.
Jordan, de 34 años, ha negado rotundamente los cargos, y acusé a los propietarios de la famosa discoteca de inventar la historia para conseguir una reducción de la condena en un proceso por evasión de impuestos, al que están siendo sometidos. La práctica judicial norteamericana concede con frecuencia estas reducciones, e incluso la inmunidad, a quienes colaboran con la justicia.
Otro fiscal especial fue nombrado hace algunos meses para investigar las presuntas irregularidades monetarias del negocio de, cacahuetes propiedad de la familia Carter. La conclusión del fiscal fue favorable por completo al presidente, lo que llevó a que el tema, peligroso en vísperas de año electoral se enterrará definitivamente.
Esta parece ser la intención de esta encuesta sobre Hamilton Jordan, uno de los hombres más influyentes de la Casa Blanca. Si el fiscal especial concluye que las acusaciones son falsas, el tema de la cocaína desaparecerá de los periódicos durante la duia batalla electoral que se anuncia para 1980.
El portavoz del Departamento de Justicia, Robert Smith, subrayó insistemente ayer que el nombramiento del fiscal especial no supone en absoluto que Hamilton Jordan sea culpable de haber snifado la droga en la discoteca.
El jefe del Gabinete de la Casa Blanca no comentó inmediatamente el nombramiento del fiscal especial, y, pese a algunas afirmaciones anteriores, no parecía probable que Jordan fuera a dimitir de su puesto.
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