Bonn intenta respaldar a EEUU sin perjudicar sus relaciones con Teherán

Las instituciones bancarias, Confederación de Cámaras dé Comercio e Industria, grandes empresas y el propio Gobierno mantienen en la República Federal de Alemania una calma tensa e intentan respaldar a Estados Unidos en su confrontación con Irán, sin dificultar por ello las actuales relaciones de Bonn con Teherán.El presidente de la Confederación de Cámaras, Ottowolf von Amerongen, ha declarado en la televisión federal que no puede hablarse de optimismo, pero si de realismo, en las previsiones sobre el cumplimiento de los compromisos económicos contraídos por Irán respecto de la RFA. El ex ministro de Economía y hoy presidente de un gran consorcio bancario, Hans Friderichs, no considera posible la aplicación de una medida similar a la decidida por Estados Unidos sobre los depósitos bancarios iraníes en los institutos de crédito norteamericanos. Según Friderichs, faltan en la RFA instrumentos legales que permitan una medida de este tipo. Los persas cuentan con cerca de 2.000 millones de marcos en las cajas fuertes de los bancos alemanes. Sin embargo, la gran incógnita se sitúa en si Teherán aceptará o no abonar a Alemania Federal los ochocientos millones de marcos que ha de devolver el próximo año en concepto de reintegración de créditos. La asociación de bancos alemanes no ve «motivo para que se desate el pánico ».

Las grandes y pequeñas empresas alemanas que operan con Irán recomiendan otro tanto, e interpretan el volumen de 11.000 millories de marcos del comercio germano-iraní correspondiente al año actual como una «afirmación de las relaciones comerciales», aunque se reconoce que también cabe calificar de «estancada» la marcha de los negocios.

Hasta ahora, la RFA ha enviado a Irán por valor de 6.900 millones, e importado, sobre todo petróleo, por 4.200 millones. En un año, Irán ha pasado, de ocupar el primer puesto entre los exportadores de petróleo a la RFA, a figurar en el tercero, detrás de Arabia Saudí y Libia. La «diversificación» de las fuentes de previsión se ha llevado a cabo con gran habilidad política por parte del Gobierno de Bonn.

El Banco Federal alemán apoya la solución política que propugna el canciller Schmidt, y en este sentido ha declinado hasta ahora toda previsión sobre lo que puede ocurrir en los próximos días, basándose en que se trata de un problema político, más que económico. Por su parte, el Ministerio Federal de Economía se limita a declarar que debe concederse un tiempo, hasta ver si el anuncio persa de congelación de deudas -en la RFA se puntualiza que se trata de deudas contraídas por el sha, o por el régjmen anterior a la revolución, no de deudas privadas- siguen hechos en el mismo sentido.