Rechazadas las enmiendas al proyecto de ley del Consejo de Seguridad Nuclear

La Comisión de Industria y Energía del Congreso de los Diputados que preside Rodolfo Martín Villa, rechazó ayer las tres enmiendas a la totalidad presentadas por el Grupo Socialista del Congreso Socialistas de Cataluña y comunistas, frente al proyecto de ley de creación del Consejo de Seguridad Nuclear, con lo que la Comisión pasará a debatir el articulado del proyecto, que se tramita por el procedimiento de urgencia.

Javier Solana, en nombre de los socialistas, argumentó que el proyecto gubernamental sólo trata de cambiar de nombre a la Junta de Energía Nuclear y aseguró, en síntesis, que el organismo previsto en el proyecto no tiene autonomía respecto al Ministerio de Industria; carece de presupuesto y funcionarios propios; formula decisiones no vinculantes para el Ministerio; posee una capacidad sancionadora mínima y totalmente desproporcionada a las posibilidades de las grandes industrias eléctricas, y sus consejeros los nombra el Gobierno sin que la Cámara pueda hacer otra cosa que vetarlos.Triginer, por los Socialistas de Cataluña, aseguró que «somos partidarios de las centrales en Cataluña», pero tendremos que decir que no si las medidas de seguridad no son suficientes. Pidió que se transfirieran a las comunidades atribuciones de control sobre las centrales nucleares.

Ramón Tamames, en nombre del Grupo Comunista, dio por reproducida gran parte de los argumentos socialistas y afirmó que el organismo que propone el Gobierno no es sino un «apéndice del Ministerio de Industria y Energía».

El Gobierno, dijo, sólo quiere un organismo qu e ratifique sus decisiones y las de las compañías eléctricas, que son las que mandan en este campo. El monopolio eléctrico, añadió, y las multinacionales son quienes mandan, porque si éstas fueron capaces de vender centrales nucleares al sha de Persia, con unos excedentes enormes de petróleo, «como no las van a vender en la pobre España».

Maciá Alavedra, por la Minoría Catalana, se opuso a las enmiendas a la totalidad, por entender que devolver el proyecto al Gobierno no significa sino retrasar una cuestión urgente.

José María de Areilza, por Coalición Democrática, explicó que, en su opinión, se estaba perdiendo el tiempo, ya que los propios diputados socialista y comunistas habían analizado el articulado con sugerencias concretas y que lo lógico sería que retirasen la enmienda a la totalidad.

Previamente, la Comisión escuchó una pregunta del diputado socialista Alvarez Paz sobre el accidente en el pozo María, ocurrido el 17 de octubre pasado en Caboalles de Abajo y que costó la vida diez mineros. Le respondió el ministro de Industria, Carlos Bustelo, que estuvo en esta primera parte de la sesión, ratificando el informe del Gobierno en el sentido de que no hubo explosión de grisú.

Una buena parte de la sesión es tuvo dedicada a debatir dos mociones de Ramón Tamames y del socialista Rodríguez Ibarra, que solicitaban la paralización de la construcción de la central de Valdecaballeros. Areilza se opuso a esta pretensión. Herrero de Miñón por el grupo centrista, calificó las intervenciones de «demagógicas y técnicamente disparatadas» y, tras un debate no exento de cierta tensión personal entre Tamames y Herrere de Miñón, las mociones fueron rechazadas por 17 votos en contra y siete a favor.