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Entrevista:

"Los militares se volverán a encontrar con el pueblo si intentan un nuevo golpe"

Lidia Gueiler Tejada, 53 años, es desde ayer la primera presidenta constitucional de Bolivia, con un mandato provisional que expira el 6 de agosto próximo. En esta enérgica mujer, de vida política y privada poco comunes, desde una óptica conservadora -tres matrimonios y una combativa militancia desde hace treinta años-, ha recaído, por decisión del Congreso, la tarea de reencauzar a Bolivia por el camino democrático que asaltaron los tanques del coronel Alberto Natusch. Al comienzo de su jornada inaugural en la jefatura del Estado, la ex presidenta de la Cámara de los Diputados concedió la primera entrevista, dominada por la cautela, a nuestro enviado especial en La Paz, Angel Santa Cruz.Pregunta. ¿Se ha pactado una tutela militar de su Gobierno?

Respuesta. No. Absolutamente, no. Hemos encontrado dentro del Ejército reiteradas declaraciones, en el sentido de que ellos vuelven a sus cuarteles. Pero, indudablemente, son una fuerza real. De manera que nosotros vamos a ver la manera de que los militares coparticipen en el Gobierno. Naturalmente en los ministerios que les puedan corresponder.

P. ¿Cuál es el futuro del coronel Natusch, desde el punto de vista legal, así como el de los parlamentarios que colaboraron con los golpistas?

R. Las fuerzas armadas, en Bolivia, tienen una legislación aplicable a los militares en ejercicio. El tratamiento judicial del comportamiento del coronel Alberto Natusch corresponde, por tanto, a la jurisdicción militar. En cuanto a los parlamentarios que sé han alzado contra el sistema democrático, existen previsiones en el reglamento del Congreso. Cada uno de los casos será estudiado inmediatamente.

P. ¿Cree usted que los recientes sucesos pueden dar lugar a que el Ejército de este país sea en lo sucesivo más cauto a la hora de lanzarse a una intentona?

R. Creo que sí. Creo que los militares, o cualquier grupo que trate de interrumpir el proceso democrático, se van a encontrar otra vez con el pueblo, que va a recurrir a todos los medios para conseguir su libertad.

P. ¿Por qué las fuerzas armadas han sacrificado al coronel Natusch?

R. El coronel Natusch ha caído porque el pueblo boliviano quiere darse instituciones determinadas por su voto. Natusch ha cometido un grave error al encaramarse al poder en Bolivia sin tener en cuenta la opinión del pueblo. En Bolivia hay una madurez y un avance político grandes. Ya no se pueden hacer las mismas cosas que antes. El pueblo no admite que por la fuerza, sin su concurso, se autoproclame un Gobierno.

No hay perdedores ni ganadores; no queremos que los haya. Creo que tanto las fuerzas armadas como el coronel Natusch han estado dispuestos a renunciar a muchas cosas para devolver a Bolivia sus libertades, sus garantías y su bienestar.

P. ¿En qué han cedido Parlamento y fuerzas armadas para llegar a la solución?

R. El Parlamento trabajó incansablemente desde el golpe militar para reabrir el proceso democrático en Bolivia. Los dirigentes del Congreso y los representantes de los grupos parlamentarios han buscado la mejor coyuntura para dar una salida digna y pacífica a Bolivia. Desde el comienzo encontramos en el alto mando de las fuerzas armadas una amplia disposición para negociar en un plano del que no resulten ni ganadores ni perdedores.

Como usted sabe, se invitó también a la Central Obrera Boliviana, porque, junto con Parlamento y Ejército, es la tercera fuerza vital en la que descansa el movimiento social, político y económico de este país.

Son tres realidades a las que no se puede marginar. El Congreso, por supuesto, a la cabeza, como órgano constitucional, soberano y democrático.

Unidad popular

P. Después de dieciséis días, un golpe de Estado ha sido incapaz de consolidarse, debido a una acción sin precedentes de resistencia civil. Señora presidenta: ¿qué lecciones pueden sacarse para Bolivia de este hecho?

R. La lección más grande es la unidad y la conciencia colectiva de Bolivia para mantener un proceso democrático todo el pueblo, como soldados y vigilantes de su curso.

P. ¿Cree usted que en los pocos meses que durará su presidencia interina, hasta las elecciones de mayo próximo, va a tener tiempo para poner en marcha una Administración eficaz e integral?

R. Este es un Gobierno del Congreso. Los congresistas van a participar en la discusión y aprobación de los planes económico-administrativos. Se está haciendo un esfuerzo muy importante y creo que será posible en el plano económico, con la participación de la Central Obrera Boliviana, cuyas sugerencias van a ser recibidas oficialmente por este Gobierno. Las medidas que se tomen no han de caer sobre las espaldas del pueblo: tienen que ser soluciones que satisfagan a todos los sectores de este país. La solución de estos problemas va a depender muy directamente del apoyo que recibamos del Parlamento.

P. ¿Cuál va a ser su política en relación con los países del Grupo Andino?

R. Consideramos que el Pacto Andino constituye un marco muy positivo para desarrollar una política que fortalezca los intereses del país. La vuelta al proceso democrático ha despertado y está despertando una simpatía no disimulada en todos los países del mundo. Estamos convencidos de que la ayuda internacional, que es tan necesaria en este momento para Bolivia, va a volcarse en nuestro pueblo.

P. ¿Ha pensado en una modificación de la ley Electoral, que impida la repetición de situaciones de indecisión como las de julio pasado, origen Indirecto del golpe de Natusch? ¿No cree que hay un excesivo protagonismo político en Bolivia, a cargo de líderes muy veteranos y sin recambio?

R. Dentro del Congreso hay ya varios proyectos a punto de presentarse. A partir de mañana mismo van a iniciarse discusiones sobre la ley Electoral y la revisión de la Constitución. Realmente no creo en lo del excesivo protagonismo. Usted ha visto que los líderes antiguos tienen absoluta vigencia en este país. Hay nuevas promociones, y nosotros tenemos esperanza de que tanto los jefes tradicionales: Paz Estenssoro o Siles Zuazo, por ejemplo, como los nuevos, también van a asumir responsabilidades en las nuevas etapas que se presentan.

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