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El origen de la identidad andaluza no reside en el latifundismo

«La hipótesis de que el origen de los latifundios andaluces se halla en la "reconquista", como resultado de las donaciones de tierras efectuadas por los reyes a favor de la Iglesia, órdenes militares y nobleza, es absolutamente falsa», señaló Manuel González Jiménez, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Sevilla, en el transcurso de su intervención en las Jornadas sobre «ldentidad andaluza», organizadas por la Fundación Pablo Iglesias, del PSOE, en un hotel sevillano. En las jornadas se rebatió, en general, la teoría de que el origen de la identidad andaluza tiene su raíz en el latifundismo y sus secuelas sociales.

Según el profesor González Jiménez, esta teoría y la que sostiene que la pequeña propiedad era casi inexistente en la región andaluza, desconocen la documentación medieval y moderna y parten de una visión estática del tema. De acuerdo con esa documentación -aunque referida a Sevilla, puede extrapolarse a otras zonas-, en el siglo XIII tuvo lugar una gigantesca operación de reparto de tierras entre los repobladores castellanos de Andalucía, de modo que el 98% de sus beneficiarios disponían del 88% de la tierra repartida, siendo todos ellos pequeños y medianos propietarios.Por una serie de causas históri cas, entre las que destacan la inexistencia de un proletariado rura y la escasez de la demanda interior, desde mediados del siglo XIII se observa un amplio movimiento de venta masiva de tierras a bajo precio, lo que permite la forma ción de grandes patrimonios territoriales. Sin embargo, fue durante los dos siglos siguientes cuando se consolidó en Andalucía el régimen latifundista, versión que pulveriza completamente la tesis tradicional.

Las epidemias y carestías jugaron también a favor del abandono de las tierras por el pequeño propietario, que en otras ocasiones fue literalmente despojado por la nobleza. «Sólo así se explica, por ejemplo, que a finales del siglo XV los duques de Medina Sidonia poseyesen en el término de Vejer de la Frontera, además de seis dehesas, más de 3.000 hectáreas de tierra de labor situadas en zonas que habían sido repartidas a finales del siglo XIII.»

La ponencia original, de la profesora Josefina Cruz, también de la Universidad de Sevilla, se orientó en parte a deshacer otro de los tópicos frecuentes sobre el origen del latifundismo andaluz las desamortizaciones liberales del siglo XIX. Según las investigaciones de la ponente, la gran propiedad de la tierra en esta región estaba ya plenamente consolidada a finales del siglo XVIII, como demuestra el análisis del catastro de Ensenada, y «la desamortización lo único que hizo fue transformar su propiedad, de estamental (nobleza y clero), en privada.».

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