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Problemas de personal y equipamiento en el hospital del Niño Jesús

«El hospital del Niño Jesús padece graves deficiencias de personal y material; mientras, se celebra de manera triunfalista el centenario del centro», según ha denunciado públicamente el comité de empresa del hospital. El comité considera excesiva la inversión realizada para conmemorar el centenario en tanto persistan las deficiencias que el Servicio de Programación Sanitaria del antiguo INP reconoció el año pasado. La dirección del hospital admite la existencia de tales deficiencias, si bien considera como a punto de ser solucionadas las que se refieren al material.Las necesidades de personal por las que atraviesa el hospital se concretan, según un informe realizado en julio de 1.978 por el Servicio de Programación Sanitaria del desaparecido Instituto Nacional de Previsión (INP), en 64 ATS, 48 auxiliares de clínica, dos fisioterapeutas, trece auxiliares de asistencia, nueve celadores, treinta pinches de cocina, tres profesores de foniatría-logopedia, un ortopedista y un cocinero.

Por lo que respecta a las necesidades técnicas del hospital, el informe de su comité de empresa destaca el hecho de que no existe biberonería ni cocina dietética. Se da la paradoja de que los biberones de los niños se esterilizan por el método Milton, qúe consiste en sumergir los biberones en una solución desinfectante durante un cierto tiempo. Este método es considerado por el comité de empresa como «totalmente inadecuado». Además, no existe una campana de flujo laminar para la preparación de soluciones parenterales, la unidad de cuidados intensivos carece de una instalación adecuada, ya que es compartida con la sala de reanimación posquirúrgica, y no cuenta con los aparatos necesarios.

La situación de las consultas externas del hospital es considerada por el comité de empresa como «desastrosa».

En el mismo hospital existen aparatos que no son utilizados, a la espera, de que sea aprobado el presupuesto necesario para su instalación. Ese es el caso de tres riñones artificiales que llevan dos años embalados, en tanto no sea aprobado el gasto de un millón de pesetas necesario para su instalación. Mientras, los enfermos que precisan de hemodiálisis periódica han de ser enviados a otros centros para su tratamiento.

Según el doctor Crespo, director del hospital, la mayoría de los problemas planteados por el comité de empresa en su informe se encuentran ya en vías de solución. «Por ejemplo», dijo, «el gasto del millón de pesetas necesario para la instalación de los riñones artificiales ya ha sido aprobado y ahora todo está pendiente de que sea adjudicado el concurso para la realización las obras».

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