La cuestión navarra centra la atención del PSOE y de EIA

El tema de las relaciones entre Navarra y la comunidad autónoma vasca, por una parte, y el de la estrategia a seguir desde la izquierda en el periodo de institucionalización de la autonomía, por otra, son los dos puntos más polémicos incluidos en el orden del día del segundo congreso del Partido Socialista de Euskadi (PSOE), que se inaugurará el jueves en Bilbao. Ambos temas constituyeron también el eje de los debates del pleno del comité central de ElA (partido miembro de Euskadiko Ezkerra), reunido durante el último fin de semana en Hernani (Guipúzcoa). Txiki Benegas, al frente de la ejecutiva saliente de su partido, y Mario Onaindía, ofrecieron ayer sendas conferencias de prensa para presentar las posiciones respectivas sobre éstos y otros temas de actualidad.

El PSE es, en líneas generales, partidario de la integración de Navarra en una Euskadi autónoma. Sin embargo, el carácter vísceral con que el tema viene planteándose, con grave riesgo de división de la sociedad navarra, inclinó a la dirección del PSE a congelar toda iniciativa tendente a plantear ahora el referéndum sobre la integración.El domingo se reunió en Pamplona la asamblea provincial del partido en Navarra, con el fin de elegir los delegados y precisar las posiciones que la delegación defenderá en el congreso de Bilbao. Aunque se considera que el tema sigue abierto, la postura mayoritaria parece ser la de intentar convencer a Euskadiko Ezkerra de que retire la moción presentada al Parlamento Foral para que se inicie el proceso de integración previsto en el Estatuto y en la Constitución.

Txiki Benegas, cauteloso, evitó pronunciarse directamente sobre el tema, en vísperas del congreso, pero apuntó que «pudiera ser interesante estudiar la otra vía posible, que es la abierta por el artículo 22 del Estatuto sobre acuerdos de cooperación y convenios para la gestión común de determinados servicios entre la comunidad autónoma y otros territorios forales».

Mario Onaindía, por su parte, cree que ésta es una vía muerta. El sentido de su moción sería precisamente el de sacar el debate del terreno a que lo ha llevado UCD, que es el terreno antiestatutario del mejoramiento del fuero. Sobre los riesgos de división de la sociedad navarra que implicaría un referéndum inmediato, Onaindía precisa que «la consulta no tendría por qué ser inmediata». «Si se llega a un acuerdo político sobre el fondo de la cuestión», añadió, «podría negociarse un calendario a medio plazo».

En cuanto a la línea a seguir en la nueva fase abierta con la aprobación del Estatuto, Benegas se limitó a señalar que la base es partidaria de «dejar abiertas todas las posibilidades, dada la rapidez con que en Euskadi evoluciona la situación política».

En los meses anteriores al referéndum, los líderes del PSE insistieron en el argumento, según el cual a partir de la aprobación del Estatuto los conflictos de clase, oscurecidos hasta ahora por la cuestión nacional, pasarían a primer plano. Sin embargo, los problemas que plantea la institucionalización de la autonomía y el temor de que un PNV hegemónico «construya una Euskadi a su exclusiva imagen y semejanza, imposible de desmontar luego en años», ha hecho evolucionar las posiciones primitivas.

EIA aprobó, por su parte, una propuesta de siete puntos sobre el «desarrollo estatutario desde un punto de vista progresista», que propondrá a todas las fuerzas de izquierda de cara a un eventual acuerdo en el seno del futuro Parlamento vasco. Aunque la posibilidad no se rechaza de plano, no parece, sin embargo, que el planteamiento de EIA implique una oferta de coalición unitaria de izquierda de cara a las próximas elecciones.