Edad penal a los quince años
Dentro de unas semanas, el Gobierno va a someter a la aprobación del Parlamento la reforma del Código Penal. Dentro de él hay una proposición de mucha gravedad y que ha pasado inadvertida: reducción de la edad penal a los quince años. Esto supone que a partir de ese momento los chicos y chicas de quince años serán encarcelados con los presos comunes.Yo, como educador dedicado a la prevención y recuperación de menores, y recogiendo el parecer de todos los educadores que trabajamos en este campo en España, y que nos hemos reunido estos días en Madrid para las III Jornadas sobre Inadaptación Social y Recuperación de Menores, me siento obligado a comunicar a los lectores que:
- Consideramos que las cárceles no educan a nadie; al contrario, son una escuela de corrupción que convierte al menor en un delincuente más astuto y agresivo.
- El Gobierno cree que esta es una solución a la delincuencia juvenil, pero todos sabemos que lo que hay que atacar primero son las circunstancias que están provocando la aparición de la conflictividad. Pensemos, por ejemplo, en los adultos que están manejando a los chicos y chicas para sus negocios, y con los cuales no se ejerce la justicia (prostitución de chicos y chicas, drogas, pornografía, etcétera).
- Los chicos y chicas no tienen plenitud de derechos hasta los dieciocho años, pero, por el contrario, el Gobierno pretende hacerlos plenamente responsables de sus actos a los quince años. El abuso llega a ser mayor si tenemos en cuenta que pretende enjuiciarlos. El mayor asesino del mundo tiene más defensa que cualquier chico o chica de quince años.
- En algunos medios de comunicacíón se está mentalizando al pueblo para que condene a los «delincuentes juveniles» y dejar manos libres al Gobierno y policía, sin estudiar a fondo los problemas, sino con noticias sensacionalistas. Nosotros, que convivimos con estos chicos y chicas, podemos decir que todos somos culpables de que estos chicos sean conflictivos, pues la vida que les hemos dado es la que les ha convertido en conflictivos. Esto es hablar de algo que vivimos y sufrimos todos los días y no hablar por decir cosas bonitas. Nuestro deseo es educar y recuperar, y no encarcelar. Por esto invito a la dirección que usted asume para que haga un estudio profundo y abierto del tema antes de que los parlamentarios se pronuncien de manera definitiva.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.