Protestas de profesores y padres de alumnos en la Delegación de Educación
La Delegación de Educación fue objeto ayer por la mañana de una nueva ocupación por parte de profesores sin plazas y padres de alumnos del instituto de Aluche, que un mes después de iniciado oficialmente el curso escolar sigue sin abrir sus puertas.Profesores y padres entraron a media mañana en los locales de la calle Vitrubio, con el objeto de hacer pública su protesta y entrevistarse con alguna persona responsable que les garantizara una solución a corto plazo.
Poco antes del mediodía, la fuerza pública hizo acto de presencia en la Delegación, a requerimiento de las autoridades responsables, y poco después se procedió a cerrar las puertas del edificio, para impedir la entrada de las personas que permanecían aún en la calle por falta material de espacio.
El cierre del inmueble produjo momentos de especial tensión y forcejeo entre los concentrados y la Policía Nacional, hasta el punto de que terminó por romperse un cristal. El hecho de que el cierre de la puerta separase a alguna madre de su hijo de corta edad contribuyó a que creciese el nerviosismo a uno y otro lado de las cristaleras.
Finalmente, a la una y media de la tarde fueron abiertas nuevamente las puertas de la Delegación, y los concentrados terminaron por disolverse de forma pacífica.
Posible demanda judicial
Durante el encierro forzoso, un grupo de profesores en paro redactaron un escrito con vistas a la posible presentación de una demanda judicial, por «secuestro de personas en edificio público sin causa justificada ni explicación oficial». Casi un centenar de las personas que se vieron obligadas a permanecer en la Delegación por espacio de hora y media suscribieron el escrito.Las protestas que dieron pie a esta nueva ocupación de la Delegación Provincial de Educación, vienen repitiéndose prácticamente desde el comienzo del curso escolar, que este año ha sufrido más irregularidades que en ocasiones anteriores.
Los padres de los alumnos del instituto de Aluche muestran su preocupación porque en vísperas del mes de noviembre todavía permanezca cerrado este centro, que no dispone del mobiliario preciso ni del número de profesores que le corresponden. Este retraso convierte el primer trimestre escolar en poco más que un mes y medio de clases, con las consiguientes repercusiones negativas en la educación de los alumnos de BUP, que disfrutan ya de cuatro meses de vacaciones.
Por su parte, los profesores hacen resaltar la paradoja de su propia situación de paro frente a estas demandas de enseñantes. Según el censo realizado por los propios afectados, en la actualidad quedan en Madrid más de ochenta profesores sin plaza, cuando son varios los centros docentes que no pueden normalizar su actividad precisamente por falta de profesores. Los afectados entienden, además, que, al margen de su problema laboral específico, esta política del Ministerio de Educación redunda en beneficio exclusivo de la enseñanza privada, que se beneficia de los conflictos existentes en los centros estatales.
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