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El Senado ratificó los acuerdos entre España y el Vaticano

El Pleno del Senado ratificó, en la tarde de ayer, los acuerdos específicos que regularán las relaciones entre España y la Santa Sede, en sustitución del Concordato vigente. En el curso de la sesión, a la que asistió el ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, el senador socialista Fernando Morán interpeló al jefe de la diplomacia española sobre la futura renegociación del Tratado Hispano-Norteamericano y la eventual candidatura de España a la OTAN, que el señor Oreja situó en dos planos distintos y diferenciados.

Con la ratificación de los acuerdos específicos, concluida ayer en el Senado, sólo queda la publicación de los mismos en el Boletín Oficial, una vez sancionados por el jefe del Estado, y el intercambio de documentos para la entrada en vigor de estos nuevos instrumentos que han de regular las relaciones entre España y la Santa Sede.En el debate de ayer sobre estos temas no hubo sorpresas ni grandes diferencias entre el partido gubernamental y la oposición socialista. En las votaciones imperó la unanimidad, o casi unanimidad, en los acuerdos relativos a las Fuerzas Armadas, asuntos económicos y asuntos jurídicos (en este último se registró una abstención y un voto en contra). Por el contrario, en el acuerdo relativo a la enseñanza y temas culturales, los grupos socialista, socialistas de andalucía y socialistas catalanes se opusieron al texto presentado por el Gobierno con un total de 61 votos en contra, frente a los 126 a favor de la mayoría gubernamental.

En la mañana de ayer, en la reunión del Grupo Socialista del Senado, se generó una discusión sobre la conveniencia de votar contra o abstenerse en todos los acuerdos concordatarios aprobados. Finalmente, se impuso el criterio de que los distintos grupos socialistas actuarían en la votación de la misma manera que se hizo en el Congreso, que les conducía a oponerse al acuerdo de enseñanza porque el Gobierno había introducido, sin consulta ni acuerdo previo, la enseñanza religiosa en los niveles educativos, preescolar, BUP, EGB y Formación Profesional.

El debate sobre los nuevos acuerdos específicos que regularán las relaciones entre España y el Vaticano se centró en torno a los temas de la educación, aunque a lo largo de las distintas intervenciones surgieron otros temas que la oposición consideró menores, pero en los que quiso marcar su descontento. El senador del Grupo Socialista Andaluz Antonio Oreja criticó el sistema de nominación del vicario general castrense, que, en su opinión, recuerda al viejo derecho de presentación de los obispos, hoy en desuso; el senador socialista Celso Montero aludió a los problemas administrativos que encuentran los sacerdotes que desean recuperar su estado laico para casarse, y su compañero de grupo Fernando Morán aludió a las diferencias entre matrimonio canónigo y civil, al Tribunal de la Rota y a la situación eclesiástica del Principado de Andorra.

De todas maneras, la intervención más espectacular por parte de la oposición corrió a cargo del senador socialista José Prat, que deleitó al hemiciclo con una disertación espiritual sobre los que llamó «nuevos acuerdos concordatarios», con continuas alusiones a los llamados «regalistas» y criticando distintos aspectos del texto de los acuerdos, como el relativo a las facilidades de convalidación de títulos a las universidades católicas extranjeras. Respondieron a las intervenciones el ministro señor Oreja y los senadores Pérez Crespo y Villar Arregui, este último con un alarde jurídico y técnico con el que justificó el contenido de los acuerdos.

La sesión concluyó con dos interpelaciones. La primera, presentada por los senadores socialista Cucó y Beviá sobre el sacerdote español Antonio Llidó, desaparecido en Chile, y sobre el que el ministro señor Oreja sólo pudo decir que el Gobierno tomó iniciativas en su favor sin respuesta de la Administración de Pinochet. El segundo tema corrió a cargo del senador Fernando Morán, quien interrogó al ministro sobre la intención del Gobierno y posibles calendarios para la renovación del tratado hispano-norteamericano y eventual candidatura de España a la OTAN. El señor Morán, que se declaró favorable a la celebración de un referéndum antes de toda aproximación a la OTAN, insistió en que la apertura de un debate público es iniciativa que debe corresponder a la oposición.

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Contestó el señor Oreja que el tratado y el tema OTAN son considerados dos temas completamente distintos por el Gobierno, a negociar separadamente, y añadió que no hay fechas ni calendario para una u otra cuestión, que, insistió, se debatirá «en su día».

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