El presidente Carter decidirá en los próximos días sobre la venta de armas a Marruecos

El Gobierno norteamericano mantiene en el más absoluto secreto sus deliberaciones sobre la venta de armas antiguerrilla a Marruecos, un problema que ha causado una profunda división entre sectores del Congreso y de la Administración y que debe resolverse en los próximos días, probablemente mediante una fórmula de compromiso.

El portavoz del Departamento de Estado, Hodding Carter, se negó a comentar ayer no sólo lo tratado en la reunión del llamado comité de análisis presidencial, sino el mero hecho de que se haya celebrado esa reunión. Según informaciones de prensa, el encuentro tuvo lugar ayer y asistieron los máximos consejeros de Carter en temas de seguridad y política exterior: Zbigniew Brzezinski, Cyrus Vance y Harold Brown, junto a un largo etcétera de especialistas militares y diplomáticos.Las conclusiones a las que se haya llegado en la reunión de este comité serán enviadas al presidente Carter, quien deberá tomar la decisión en los próximos días sobre la venta a Marruecos de material bélico destinado a la guerra del Sahara occidental. Ayer mismo, el diario The New York Times publicó un comentario editorial con el título significativo de «No a las armas para la guerra de Marruecos».

Para el editorialista del influyente periódico, «Estados Unidos debe mantenerse al margen de este conflicto porque no hay intereses norteamericanos en juego». Ayudar al rey Hassan no sería una acción inteligente, añade el Times, porque nos enfrentaría innecesariamente con Argelia y minaría los esfuerzos de la OUA para promover un alto el fuego y un referéndum en el territorio.

Advirtiendo sobre la posibilidad de que, tras los acontecimientos de Irán, Washington quiera dar la imagen de que no abandona a sus fieles aliados y apoye a Hassan, el editorialista afirma que «el Sahara es el lugar erróneo para tal demostración», y añade que las reclamaciones de Marruecos sobre el territorio no son reconocidas internacionalmente y no hay pruebas de una ayuda directa de la URSS al Frente Polisario.

La ayuda militar a Hassan, que ha pedido especialmente helicópteros Cobra y aviones armados de reconocimiento Bronco, para la lucha en el desierto, tendría mayor efecto político que militar, de acuerdo con interpretaciones de la inteligencia norteamericana. El Ejército marroquí, según estos servicios de espionaje han indicado a varios medios informativos, está muy debilitado, con baja moral y graves problemas de corrupción, condiciones que impedirán un empleo eficaz del material que quiere conseguir en Estados Unidos.

Mientras sectores del Departamento de Estado advierten que la venta indiscriminada e incondicional de armas a Marruecos pondrá en peligro no sólo los importantes intereses norteamericanos en Argelia, sino las relaciones con la OUA y con las naciones prooccidentales que favorecen un referéndum en el Sahara, desde Nigeria a Liberia o Tanzania, sectores del Pentágono y el Congreso insisten en que, tras lo ocurrido en Irán, Estados Unidos debe volcarse en su ayuda a Hassan II y, además, evitar el nacimiento de un nuevo Estado independiente en el área, que sería fuente de inestabilidad.

La opinión más extendida ayer era que, efectivamente, se venderán armas a Hassan, aunque no los modelos y las cantidades por él deseados.