La alianza de una nueva Hispanidad
«La noción de Hispanidad evoca en todos nosotros, en trescientos millones de mujeres y hombres de habla hispana, connotaciones afectivas que nos dicen que nuestros pueblos no vienen de la nada, que nos recuerdan una historia de siglos a través de la cual se forjó un idioma, una cultura y una manera de entender la vida. Una historia sin la que es imposible comprender el mundo de hoy.Sin embargo, cuando dirigimos con realismo la mirada a nuestro alrededor contemplamos un panorarna que es en parte contradictorio. Nuestras naciones, nuestros pueblos, no son los más ricos del mundo, midiendo la riqueza en términos convencionales; pero tampoco los más pobres. Nuestra presencia en el concierto internacional no es ni mucho menos despreciable, pero tampoco resulta plenamente decisiva. (...)
¿Qué puede significar hoy la nueva Hispanidad? En primer lugar, la defensa del hombre frente a la despersonalización y al desprecio de sus derechos inalienables. Somos muchos m Illones de personas y cada una de ellas -su bienestar, su conciencia, su esperanza- es el protagonista del quehacer de nuestro pueblo. Otras culturas han aprendido de nosotros -aunque hoy parecen haberlo olvidado- el valor de la familia, de la infancia, del respeto mutuo.
Pero, además, Hispanidad significa hoy capacidad integradora y solidaridad; comprender que, más allá de nuestros problemas domésticos, el sufrimiento y la alegría de,cualquier comunidad hispana son nuestra alegría y sufrimiento. Una política centrada en el hombre solidario es el único fundamento posible de la paz. La Hispanidad también es, por tanto, un proyecto de pacificación.
Y, finalmente, debemos recordar que somos pueblos jóvenes, que aspiran -que exigen, me atrevo a decir- a unas mejores condiciones de vida, que luchan por el progreso, porque su vieja historia les ha enseñado que no existe libertad real si no se mejoran las posibilidades de acceso a la cultura, si no se distribuyen mejor los frutos del desarrollo, si no se crean unas condiciones de vida dignas para todos. (...)
Debemos potenciar nuestra colaboración en las instituciones y foros internacionales, desarrollando estrategias de interés común. Podemos aprovechar la complementariedad de nuestros recursos naturales, humanos y tecnológicos. España, como afirmé en el discurso de investidura como presidente del Gobierno después de las últimas elecciones, debe hacer ver a las Comunidades Europeas que, en nuestra opinión, éstas quedan mutiladas si abdican de establecer una estrecha relación de colaboración con lberoamérica. La comunidad hispana en Estados Unidos de Nortemérica -el quinto país hispanohablante del mundo- debe servir de nexo de unión y colaboración con esa gran potencia mundial. (...)»
12 de octubre
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.