Riesgo de enfriamiento en las relaciones entre España y Argelia

Las relaciones hispano-argelinas pueden verse abocadas a un nuevo enfriamiento como consecuencia de lo que en Argel, oficiosamente, se estima actitud «inconsecuente» del partido gubernamental español, UCD, en torno a la crisis del Sahara occidental. Las posiciones ucedistas expuestas esta semana en el Parlamento y su negativa a reconocer al Frente Polisario van a ser tomadas en cuenta, sin duda, por la parte argelina, pese a que no haya habido reacción oficial alguna.

El Gobierno argelino, aunque no lo diga públicamente, estima que el cambio de embajador en Madrid, la sustitución de Djudi Hocine, a quien se consideraba «quemado», por un diplomático de mayor envergadura y, por ende, antiguo ministro de Bumedian, el embajador Abdelaziz Maul, restituye el nivel diplomático adecuado para consolidar las relaciones entre ambas capitales. La representación diplomática española en Argel no dispone, en opinión de fuentes fidedignas, del «nivel adecuado», aunque ha crecido numéricamente.El «buen sabor de boca» dejado en Argel por el presidente Suárez está desapareciendo ante lo que se estima son «ilógicos aspectos» de la neutralidad española en la cada vez más acusada crisis argelino-marroquí.

La preocupación del Gabinete español por Ceuta y Melilla, los temas de la pesca en el banco sahariano y costa marroquí y la preservación de relaciones políticoeconómicas con Rabat son elementos de la política española que Argelia afirma no tener pretensión alguna de obstaculizar en lo más mínimo. Pero, al propio tiempo, se cita el contenido de las conversaciones Suárez-Abdelghani, celebradas aquí a fines de abril pasado, como referencia a la «ambigüedad» española, en la medida en que se señalaba la voluntad de «proseguir una acción concertada para contribuir a la supresión de tensiones en el área...».

El rechazo a los acuerdos tripartitos de Madrid por parte española sigue constituyendo uno de los leit motiv de los argelinos, sobre todo después de firmarse el tratado de paz saharaui-mauritano. No es particularmente significativo, en ese sentido, que el jefe actual de la diplomacia argelina hablara de España como de una antigua potencia administradora, en la medida en que en el contexto de la «necesaria y urgente descolonización», que citaba también el comunicado conjunto hispano-argelino, Argelia desea que el Gobierno español rompa una lanza más para «reparar la injusticia pasada».

Dos elementos sustanciosos, consecuencia de los resquemores argelinos, son la reaparición de Cubillo y, por primera vez en varios meses, la reanudación de las críticas de la prensa oficial argelina contra UCD. El Polisario, por su parte, considera que sus relaciones con UCD estarían al borde de la ruptura.

Cubillo sigue siendo ignorado por los medios informativos argelinos, pero un cambio de actitud es previsible en el futuro. El tema, de todas formas, no se dirime sólo en términos de comentarios periodísticos. El fracaso de las tentativas del ministro de Comercio español para obtener una ampliación de la cuota petrolera adquirida en Argelia, aunque haya sido explicado por razones técnicas plausibles, debe atribuirse en buena parte a razones políticas.

Esta semana, el órgano oficial del Frente de Liberación Nacional argelino, la revista Revolución Africana, arremete con la UCD a cuenta de un comentario sobre el Congreso Extraordinario de los socialistas españoles, y afirma que la izquierda española (PSOE y PCE) ha quedado desencantada en sus ilusiones sobre la democratización de UCD y tiende a adoptar una postura más radical e intransigente, la cual, dice, «se dejará sentir en los próximos días».

Autodeterminación

El presidente argelino Chadli Benjedid ha declarado al semanario parisiense en lengua árabe Al Walan Al Arabi, que «un enfrentamiento armado entre Argelia y Marruecos desbordaría el mundo árabe y alcanzaría a Europa», informa la agencia AFP. En su primera declaración a un órgano de prensa internacional desde que asumió sus funciones de jefe de Estado en febrero, Chadli Benjedid reafirma que Argelia «respetará la decisión del pueblo saharaui expresada libremente, sea la independencia o la adhesión a Marruecos o a Mauritania».

A cambio, pide que Hassan II haga lo mismo y reconozca al Frente Polisario como interlocutor válido.

Subrayó, asimismo, la «sincera voluntad» de su Gobierno de «establecer relaciones sólidas con Marruecos».

Respecto al problema de Oriente Próximo, el presidente Chadli precisó que Argelia presentará a los jefes de Estado árabes, en una «cumbre» de aquí a fin de año, propuestas para una «estrategia ofensiva, relativa a la lucha contra el tratado de Camp David».

«Hasta ahora», declara Chadli a Al Watan Al Arabi, «el frente árabe no ha presentado más que una estrategia defensiva y Sadat se ha aprovechado de esta situación. Es hora de que pasemos a la ofensiva.»

Ataque polisario

Mientras tanto, la agencia marroquí Map anunció anoche que el Ejército marroquí «acaba de aplastar un nuevo ataque del Polisario al sur del valle del río Draa».Según un comunicado oficial de Rabat, cuatrocientos polisarios resultaron muertos y 57 vehículos destruidos el pasado miércoles, cuando un contingente de esta organización trataba de ocupar una colina entre la ciudad de Zag y el sur del río Draa.

El comunicado añade que algunos de los cadáveres de los muertos no estaban circuncidados, una alusión ya indicada durante el ataque contra Bir Anzaran y con la cual parece querer indicarse que se trata de «extranjeros».