Ochenta médicos denuncian despilfarro sanitario
La adquisición de un equipo de hemodinámica para el Hospital General de Asturias, acordada en el último pleno de la Diputación, pese a la dotación completa y moderna existente en la Residencia Sanitaria de Oviedo, ha sido denunciada por ochenta médicos como un rechazo de la necesaria coordinación de ambos centros sanitarios, que con el Instituto de Silicosis -los tres están situados en la zona alta de Oviedo- suman 1.800 camas, que podrían convertirse en la base de un gran hospital regional.En opinión de estos médicos, el servicio de hemodinámica de la residencia sanitaria, inaugurado el año pasado, con un costo de sesenta millones de pesetas y con una capacidad de unos setecientos-ochocientos cateterismos al año, suficiente para las necesidades actuales de la región, podría haber sido el primer paso hacia la coordinación general de las instituciones hospitalarias.
Por su parte, la Delegación Territorial de Sanidad y Seguridad Social emitió un informe que reconocía a la unidad hemodinámica de la Residencia Sanitaria los medios y capacidad suficientes para atender las necesidades de Asturias, consideraba de fácil solución la integración funcional para una mejor prestación asistencial y desaconsejaba la duplicación de la unidad, ya existente en la Residencia, ante la grave situación económica del país y, en particular, de Asturias. Los fondos destinados en principio a hemodinámica podrían ir destinados a mejorar otros servicios del Hospital General, como cirugía cardiaca infantil y cirugía coronaria, lo que evitaría el traslado de enfermos fuera de 12 región. «Esta coordinación», afirman los ochenta médicos de la Residencia Sanitaria firmantes de un escrito hecho público ayer, «ha sido rechazada, y no en beneficio de la población asturiana, de la que el 92% está asegurada, como se pretendía alegar. En definitiva, resultará que se ha duplicado innecesariamente un servicio para unos pocos ciudadanos, eso sí, a expensa del dinero de la sociedad, teniendo muy en cuenta, por contra, el servicio gratuito que ofrece la ciudad sanitaria, desprovista de intereses privados.»
En una alusión a la integración progresiva, como ha ocurrido en Santander con los complejos como Valdecilla y Cantabria, los médicos recuerdan a la Diputación, de quien depende el Hospital General de Asturias, que sus recursos son limitados y que deberían dedicarse a otras muchas necesidades públicas: caminos, guarderías, carretras y promoción agrícola, entre otros, «toda vez», agregan, que «el Estado tiene la obligación de garantizar la atención sanitaria de los ciudadanos.»
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