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El número cien de "Nuestra Bandera" anuncia un cambio de línea

Hoy se presenta en la librería Antonio Machado, de Madrid, el número 100 de la revista teórica y política del Partido Comunista de España, Nuestra Bandera. Intervendrán en el acto Santiago Carrillo, secretario general del mencionado partido, y Manuel Azcárate, director de la publicación.

«El que Nuestra Bandera haya llegado al número cien es demostrativo de una de las más genuinas características del partido: la necesidad de tener un punto de referencia ideológico, apunta Manuel Azcárate, director de la revista desde que ésta se edita en España.«Además de ser un caso único en este género de publicaciones, estos cien números son como un espejo y, como todos los buenos espejos, bastante implacable y amenazante para quienes se ven reflejados en ellos. A veces resulta difícil reconocer que éramos así; por ejemplo, ante el número que se dedicó al cumpleaños de Stalin. Pero, por otra parte, permite estimar la magnitud del cambio que hemos dado.»

«Ya en los años sesenta», sigue el señor Azcárate, «empiezan a notarse los síntomas de la inflexión hacia el eurocomunismo. Se hace un esfuerzo para tratar la realidad española e intentar superar el aislamiento y la distancia del exilio. Aparecen varios números monográficos sobre el movimiento obrero, el campesinado, etcétera, y algunos artículos donde se formulan las primeras críticas al modelo soviético.»

«La publicación del número cien también anuncia un nuevo cambio. Queremos que la revista deje de ser solamente un órgano de la dirección para explicar la línea del partido y se convierta en un espacio de reflexión teórica, una tribuna abierta al contraste de opiniones, que dé cabida tanto a los comunistas como a los que no lo son. Se trata de entrar en el debate compitiendo con los demás, sin esa actitud de pretendida superioridad que a veces hemos adoptado los comunistas al pensar que la posesión del marxismo nos daba el monopolio de la verdad.»

Fundada en 1937, en plena guerra civil, para tratar los problemas que generaba la nueva situación del PCE entonces en el Gobierno, Nuestra Bandera se publicó durante dos años, y Dolores Ibárruri fue su primera directora. Después, en 1940, reaparece en México y allí apareció durante cinco años con periodicidad mensual. Ya antes de terminar la segunda guerra mundial se inicia en Toulouse el tercer período de la revista, con una nueva numeración.

«A partir de entonces, y mientras duró el régimen franquista, se traían desde allí las planchas -primero eran de metal y luego de un material plástico más fácilmente transportable-, que se imprimían en España en imprentas clandestinas, a base de un esfuerzo enorme», recuerda Manuel Azcárate.

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