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Vida y obra de un "novecentista"

Ayer se cumplieron veinticinco años de la muerte del académico, ensayista y crítico de arte Eugenio D'Ors, que fue figura central de la cultura de la posguerra española y mantenedor en sus últimos tiempos de uno de los pocos reductos donde los intelectuales de entonces, los que habían quedado tras el exilio de la primera fila, trataban de reconstruir un clasicismo cada vez más irremediablemente barroco, lo que el propio D'Ors había bautizado mucho antes como novecentismo. Sus salones madrileños saludaron a Leopoldo Panero, Dionisio Ridruejo, Luis Rosales y en general a la generación de la guerra civil. Este grupo encontró en el ameno conversador y en el brillante y mordaz contertulio al maestro mayor que les podía enlazar, desaparecida prácticamente la Generación del 27, del panorama cultural peninsular, con el regeneracionismo noventayochista y concretamente con sus parcelas más tradicionalistas.Nació en Barcelona, en 1882. Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de la Ciudad Condal, siguió estudios posdoctorales en numerosas universidades europeas. Capitán de aquel primer noucentisme catalán, se dio a conocer a primeros de siglo como escritor y columnista diario en aquella lengua. A esa época pertenecen sus primeras obras, el Glosari -donde, de forma fragmentaria, iba mostrando sus pensamientos sobre temas diversos- y La ben plantada -una de las más conocidas-, entre otras muchas. Abandonó el catalán por el castellano, y en esta lengua aparecieron, entre otras muchas, El valle de Josafat, Cuando ya esté tranquilo, Grandeza y servidumbre de la inteligencia, De la amistad y del diálogo. Algunos textos filosóficos pusieron en la imprenta sus preocupaciones en este terreno desde bien temprano: Religio est libertas, leído casi en su totalidad y para sorpresa general en el Congreso de Filosofía de Heildelberg, en 1908, La fórmula biológica de la lógica y otras, que culminan en su El secreto de la filosofía (1947). En cuanto al arte, terreno en el que el clasicismo y el perfeccionismo general en su pensamiento encuentra unas vías de expresión que seguramente en este momento son las más recuperables: sus estudios sobre Goya, Poussin y El Greco, Mi salón de otoño y Tres horas en el Museo del Prado muestran el mejor talento de Eugenio D'Ors.

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Homenaje a Eugenio D'ors en el 25.º aniversario de su muerte

Su dedicación al arte no se circunscribió a sus textos literarios, sino que tuvo una vertiente práctica, como organizador, durante la guerra civil, de distintas exposiciones. Aparte de ser un brillante e irónico hombre de tertulias, Eugenio D'Ors fue un gran conferenciante. De su arte en este terreno supieron no sólo los españoles, sino también los intelectuales de países latinoamericanos y de otros lugares del extranjero.

Eugenio D'Ors falleció en 1954 en la localidad catalana de Villanueva y Geltrú.

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