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Severa derrota diplomática de la URSS en las Naciones Unidas

La Asamblea General de las Naciones Unidas decidió ayer que el derrocado régimen de Pol Pot continúa siendo el representante de Camboya, en la organización internacional, lo que supuso una severa derrota diplomática para la Unión Soviética y un triunfo para la República Popular China.

Tras un largo y acalorado debate, en el que participaron más de treinta oradores, la Asamblea General de la ONU aprobó la recomendación del Comité de Credenciales, favorable a la permanencia de la delegación camboyana de Pol Pot y contraria a su sustitución por representantes del nuevo régimen encabezado por Heng Sarnrin. La decisión se adoptó por 71 votos a favor, con 35 en contra y 34 abstenciones.La Unión Soviética y Vietnam, que habían librado una intensa batalla diplomática para convencer a la comunidad internacional de que el régimen de Pol Pot no sólo es culpable de crímenes y graves violaciones de los derechos humanos, sino que además no tiene ni territorio ni ciudadanos, fueron los grandes derrotados. China y sus aliados mantuvieron la postura de que la ONU no puede aceptar el derrocamiento de un Gobierno legal mediante la intervención militar extranjera.

España se abstuvo

La mayoría de los países occidentales, incluido Estados Unidos, respaldaron los argumentos de Pekín, aunque dejando bien claro que no aceptan los excesos y atropellos cometidos por el régimen derrocado. España se abstuvo en la votación, tras señalar que no puede ni aceptar el establecimiento de un Gobierno por la intervención extranjera, ni condonar las violaciones de los derechos humanos cometidas por el régimen de Pol Pot.Mientras el embajador de Vietnam, Ha Van Lau, calificaba de «genocida» al régimen de Pol Pot y negaba su existencia desde el punto de vista del Derecho internacional, el representante chino, Chen Chu, acusaba a los vietnamitas de agredir al pueblo camboyano y de implantar un Gobierno títere, que «no perduraría un momento sin el respaldo de las tropas de Vietnam».

Los intentos del delegado de la India para que el asiento de Camboya quedara vacante no obtuvieron éxito y la mayoría de los países miembros de la ONU se inclinaron por la tesis de que el reconocimiento del Gobierno de Heng Samrin equivaldría, en la práctica, a admitir la conquista armada de una nación por otra.

Los representantes de Kampuchea democrática, como rebautizaron al país los jmers rojos, continuarán, por tanto, sentados en la ONU durante la presente Asamblea General. De creer las manifestaciones de su delegado, Pol Pot controla una cuarta parte del territorio camboyano y no puede recuperar el poder a causa de los invasores vietnamitas. El representante de Hanoi admitió la presencia de tropas vietnamitas en Camboya, que justificó por la «solidaridad entre los pueblos de Camboya y Vietnam», pero negó que Pol Pot controle un palmo de territorio del país, calificándole de «Gobierno fantasma de fascistas y tiranos ».

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