La URSS critica los proyectos de modernización de la OTAN
La participación crítica de la Unión Soviética al debate sobre la defensa europea fue enriquecida ayer con la publicación por el diario Pravda de un largo artículo de Valentín Faline, jefe adjunto de la sección de información internacional del Comité Central y ex embajador en Bonn, y uno de los consejeros políticos con mayor influencia en Moscú.Faline pone de relieve el peligro que supone para la distensión los proyectos de la OTAN de modernización de las armas atómicas estacionadas en Europa. No sólo los dirigentes de la OTAN no contestan a las múltiples propuestas de desarme de la URSS, escribe Pravda, sino que se proponen «no reducir las fuerzas armadas y los armamentos en Europa, e incluso piensan aumentarlas desplegando sistemas de armas cualitativamente superiores en la zona occidental del continente».
El autor del artículo se esfuerza en replicar a los argumentos de los partidarios de esta «modernización» tratando de demostrar su vanidad. «Apenas Occidente acaba de reconocer la existencia de una paridad en los potenciales de ambas organizaciones militares e inmediatamente después denuncia el "terrible retraso" de la OTAN y pone en tela de juicio la credibilidad del "paraguas nuclear" norteamericano. »
Algunos Estados de Europa, añade, que exageran mucho el armamento de la URSS, desearían a la vez las garantías norteamericanas y el incremento de las armas de medio alcance. Faline pone en duda la existencia de un desequilibrio en Europa entre la OTAN y el Pacto de Varsovia, sin citar cifras, pero mencionando declaraciones de personalidades políticas occidentales.
Opina, a renglón seguido -y esta vez el argumento soviético parece más consistente- que pretender crear entre el Este y el Oeste «dos equilibrios» -un equilibrio estratégico global entre EEUU y la URSS y un equilibrio regional entre la OTAN y el Pacto de Varsovia- es un «proyecto inconsistente»: «El intento de separar artificialmente el armamento de las fuerzas nacionales de algunos países de la OTAN y la utilización de territorios extranjeros para el despliegue de armas extranjeras, especialmente nucleares, es inconsistente y perfectamente artificial.»
Por último, si los europeos no tienen una confianza ciega en el «paraguas atómico» norteamericano, se trata de un asunto entre ellos y EEUU, que no debe solucionarse a cuenta de la seguridad de los demás. Faline concluye anunciando que si los dirigentes de la OTAN decidiesen, a finales de año, modernizar sus armas nucleares, la URSS tendría que replicar de la misma forma.
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