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El presidente Taraki murió en el golpe de Estado de Afganistán

La tesis que asegura que el presidente Taraki -cuya muerte a consecuencia de las heridas sufridas en el asalto al palacio presidencial fue anunciada en la madrugada de ayer- fue derrocado por intentar reducir la creciente influencia en el seno de su consejo revolucionario de su ambicioso primer ministro, Hafizullah Amin, es la que de más crédito goza entre los observadores. La muerte de Taraki no ha sido confirmada oficialmente.

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Para estos observadores, la crisis que ha surgido en el seno de los organismos dirigentes afganos se agravó a raíz del reciente viaje del ex presidente Taraki a Moscú. Se sabía desde hace algún tiempo en Kabul que la URSS no estaba satisfecha con los métodos brutales y expeditivos de Amin y deseaba una política exterior afgana menos dogmática y más conciliadora.Nada más volver a Kabul procedente de Moscú, Taraki decidió oponerse o, por lo menos, frenar a su ambicioso lugarteniente. Amin reaccionó inmediatamente excluyendo del Gabinete a los cuatro militares adictos incondicionales de Taraki.

A pesar del secreto que rodea a las instancias dirigentes del partido Jal (El Pueblo) en el poder se deduce que los primero incidentes tuvieron lugar el viernes 14 de septiembre. Hacia las dos de la tarde, tropas y fuerzas policiales se concentraron en el centro de la ciudad, cerca de la radio y a proximidad del palacio del Pueblo. Dos horas más tarde se produjo en el palacio una violenta explosión -atribuida a una potente bomba-, que constituyó, sin duda, una señal para las tropas que se encontraban estacionadas en las proximidades. Los vecinos del palacio pudieron oír entonces claramente disparos de armas automáticas. A última hora de la tarde, la radio, cercada, anunció la destitución de todos los militares que formaban parte del Gobierno

El sábado fue anunciada la muerte del jefe de la policía y del guardaespaldas de Taraki. Amin se entrevistó con el embajador de la URSS, Puzanov, durante unas dos horas. Las medidas de seguridad en tomo al palacio daban la impresión que las tropas temían una contraofensiva.

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Motivos de salud

Al día siguiente, era enterrado por la tarde el jefe de la policía, en un ambiente tenso, al mismo tiempo que un breve comunicado anunciaba que Taraki abandonaba sus funciones, «por motivos de salud», y era sustituido por Hafizullah Amin. Ayer fuentes próximas al hospital militar anunciaban que Taraki había fallecido a consecuencia de sus heridas. Su retrato y los eslóganes de «Padre fundador y gran líder de la revolución» desaparecían de las fachadas de los edificios oficiales. Por la tarde, sonriente y tranquilo, el presidente Amin anunciaba que la revolución continuaba.

De todos estos acontecimientos, amplificados y deformados por los rumores,que circulan en una ciudad traumatizada, repleta de tanques y desierta en cuanto cae la noche, la mayoría de los observadores sacan las siguientes conclusiones:

Parece seguro que el golpe cogió desprevenidos a los soviéticos. Amin y Taraki, hasta hace poco aliados, se habían convertido en enemigos irreconciliables, contando cada uno con su grupo de amigos. Fuentes fidedignas aseguran que los enfrentamientos armados en el interior del palacio arrojaron un balance entre cincuenta o sesenta muertos. Insistentes rumores aseguran que el coronel Massduria, jefe de las tropas soviéticas estacionadas en el palacio, y la esposa de Taraki, perecieron.

Las purgas en el seno del Jal tuvieron lugar antes de los enfrentamientos, y la tendencia favorable a Amin resultó vencedora.

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