_
_
_
_
Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La crueldad fallida

Detrás de lo que vimos estrenar trasparece lo que puede ser una gran, comedia. Una de esas comedias de la comicidad cruel que arrancan de Wilde y Shaw, que se hacen más tenebrosas y más suras en Pinter o en Albee; que tuvieron una buena escuela en Argentina, de donde es este autor, Ricardo Talesnik, ya conocido en España (La pereza, Los japoneses no esperan). Pero en esta versión hay como un empeño en trivilizarla, en resaltar lo cómico y a lo sentimental, como en una simple tragicomedia.La niña es el tesoro de la casa. Papá y mamá hacen hasta una exposición de sus recuerdos, ahora que ya es grande y va a ser también grande en la vida. Pero la niña está embarazada. ¿De quién? Hay un novio que podría ser... Pero hay una especie de «pasota»; y un rico señor. La niña apura sus confesiones: no sabe, en realidad, de quién es... ¡Podría ser de tantos! Se trata de colocarla. De salvar la cara; de recoger todavía algún beneficio de la situación. Cuando la posibilidad del beneficio crece, crece también la idea del aborto... Todos quieren manipular a la niña; todos, finalmente, la dejan sola. Con su embarazo, con su gusto por los hombres. Trasluce una feroz crítica contra la burguesía, contra un concepto de la posesión de los hijos.

La familia Colodrón,

por Ricardo Talesnik. Intérpretes: Manolo Gómez Bur, Encarna Paso, Gregorio Alonso, Manuel de Benito, Luis Lorenzo, Kiti Maver. Decorado de Javier Artiñaño. Dirección: Ángel García Moreno. Teatro Alcázar. 17-IX-79.

Trasluce nada más. Pero se ahoga, se mitiga. La comedia está adaptada y presentada por y para la burguesía, que debía ser su principal víctima. El concepto es pacato. Un adaptador que no figura en los programas coloca chistes y frases sobre nuestra actualidad -UCD, los vascos y su Estatuto, monseñor Enrique y Tarancón- completamente desafortunados; o fuerza el personaje del «pasota» (que ya va apareciendo, y siempre mal, en todo el teatro contemporáneo). Un director subraya el aspecto sentimental -el niño que va a nacer, la decepción paterna- y lleva a ese sentido a los actores: Gómez Bur no saca las aristas crueles del personaje, y representa el papel de una manera plana; Encarna Paso agudiza más, pero no llega lejos. Kiti Maver -la niña- insiste en que es la única que tiene razón de la obra: su cuerpo es suyo.

Todo ello produce un cierto malestar: no el que pretende el autor, sino el malestar del equívoco, de lo que no cuadra, no corresponde. Es posible que conociendo el texto original se pudiera tener más noción de los desmanes cometidos; sería posible también saber hasta dónde llega la responsabilidad del autor, si es que la tiene, al no apurar las situaciones. Es la segunda vez que le sucede esta aventura española: en Los japoneses no esperan ya sufrió con la traslación.

El público de la noche de estreno pareció apreciar más la gracia superpuesta, las situaciones meramente cómicas -se va a ver a Gómez Bur para reírse, y se ríe uno pase lo que pase- y las frases añadidas que la intención de la obra. Será interesante ver la reacción del público normal.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_